Cuando la mirada interseccional todo lo atraviesa, ¿qué nos queda por ver?

totheboneEntre tanto contenido nuevo que Netflix nos ofrece últimamente; a veces me es difícil decidir a qué le dedicaré el poco rato libre que tengo, sobre todo cuando, mientras más me acerco al feminismo, más critico todo lo que me rodea. Por ejemplo, hace un par de semanas vi “Hasta el Hueso” (To The Bone), protagonizada por Lily Collins; una película que si bien para mí tiene muy malas actuaciones, algo que le criticaría aún más en su excesiva “blancura”.

En éste drama/comedia sobre anorexia, únicamente podemos ver un personaje de color y éste es el de una adolescente negra con problemas de sobrepeso–sin contar a Keanu Reeves, porque a pesar de sus rasgos orientales, podemos considerarlo predominantemente blanco-; rasgo que la diferencia del resto del reparto porque lxs personajes con desórdenes alimenticios que caracterizan este filme son en su mayoría mujeres blancas con una anorexia que las tiene en los huesos. Además, los pocos diálogos reservados para ella, resaltan porque suelen estar acompañados de comentarios que denotan molestia, incomodidad, o simplemente rechazo hacia ella por parte del resto de mujeres y un varón blancxs que parecen entenderse sólo entre ellxs, más allá de las diferencias de edades –y de que son completxs extrañxs al final del día-.

Esto probablemente les suene muy familiar porque, en efecto, así también sucede en muchas películas y series como en su momento vimos con “Las Cazafantasmas” (GhostBusters), y recientemente con House Of Cards, y hasta Orange Is The New Black (OITNB), a pesar de que la cantidad de personajes no blancas en ésta última es muy alta. Y no me detendré en las películas en las que los ‘malos’ son de rasgos negros y los ‘buenos’ de blanca tez, o donde lxs personajes de color mueren rápidamente para dar paso a lxs sobrevivientes blancxs, etcétera, porque jamás terminaría de escribir.

De esta manera, somos testigxs de un cine y televisión que muy sutilmente, aunque realmente no tanto, despliegan una serie de actitudes discriminatorias y excluyentes a diestra y siniestra, al invisibilizar/ridiculizar y al marcar la diferencia de manera tajante entre lxs personajes blancxs y lxs de color o no blancxs. Y qué decir específicamente de lxs personajes nativos o indígenas, pues son prácticamente inexistentes en el imaginario que éstas series y películas nos presentan.

fallPara dar seguimiento a los ejemplos ya mencionados,  recordaré el personaje de Patty Tolan, protagonizado por Leslie Jones en “Las Cazafantasmas”, quien además de ser la única negra de las cuatro integrantes en un país donde las probabilidades indicarían lo contrario, es también la única sin educación, sin el ‘genio’ que las demás tienen, la que tiene el trabajo peor pagado y la que, como recordarán, se lanza a una multitud en su mayoría blanca durante un concierto de rock/metal y simplemente es rechazada por todxs para terminar estrellada en el suelo. Si eso no deja un mensaje muy claro, no sé qué lo haría.

Mucho más recientemente, tenemos House of Cards, en la que a pesar de su excelente producción y guión, lxs personajes negrxs y/o de color relevantes son mínimos, si no es que realmente nulos o irrelevantes para la gran trama de la serie, y cuando se les ve en alguna escena suelen ser parte del personal de limpieza complementando alguna característica del personaje principal, Frank Underwood, o porque inevitablemente la escena así lo requiere, como cuando aparece la bancada afroamericana.

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Por otra parte, el personaje de Claire Underwood en esta serie –excelente actuación de Robin Wright, no niego esa parte- carece de toda conexión con otras mujeres; y con las que ha llegado a tener relación ha sido como su enemiga o en extremo distante; reproduciendo el pensamiento patriarcal que nos dice que las mujeres no podemos ser aliadas y que, para triunfar, no podemos tener mujeres de nuestro lado y hay que estar cerca de un hombre poderoso.

Y qué decir de OITNB… realmente una serie que me ha decepcionado al grado de verme forzada a ver los capítulos de la última temporada más por ganas de analizarla que por disfrutarla. Simplemente diré que en ésta última temporada, me cansé de ver a las protagonistas blancas, Piper y Alex, fuera de conflicto, redimiendo culpas y enfrentando las consecuencias de sus actos en el patio de la cárcel, siendo de alguna forma “veneradas” por otras reclusas que no tienen, realmente, nada que admirar y que sin embargo, hasta la apariencia y look halagan.oitnb

Mientras, las reclusas negras, con todo y su gran ignorancia, que raya en lo ridículo, tienen el coraje de exigir derechos y más o menos mantenerse fuera de problemas, porque, en un motín, ¿quiénes mejores para incitar a la violencia que las latinas? Y si éstas últimas se libran de ser violentas, es porque su “naturaleza” les llama a posar seductoramente y con poca ropa ante las cámaras, esperando una fama cargada de ignorancia.

oitnb2Yo no sé ustedes, pero para mí hay un discurso muy sospechoso en esta última temporada, y que en momentos torna fastidioso el sobreesfuerzo que la producción de ésta serie hace para “señalar” desigualdades sociales y mantener a las protagonistas en una especie de pedestal –reproduciendo esas mismas desigualdades-.

Así, llega un momento en que ver programas, series, películas, etcétera sin analizarlas, es realmente un problema. A veces incluso me cuestiono si no será una práctica forzada de mi parte; sin embargo, cuando recapacito me doy cuenta que no, que sucede que en la realidad las relaciones no sólo de género sino también de raza y clase, se encuentran localizadas en una profunda desigualdad. Y es tal que, aun cuando una serie nos puede parecer una gran apuesta feminista, como OITNB es para muchxs -y fue para mí en principio-, o como lo fue la película de Las Cazafantasmas con esto del #girlpower; cuando nos detenemos a hacer análisis más interseccionales, nos damos cuenta que algunas libertades no necesariamente aniquilan todas las desigualdades y que ciertas libertades sólo las reciben/heredan ciertas razas y status socioeconómicos.

Así, mientras tenemos escenas que visibilizan, por ejemplo, cómo el cuerpo puede verse afectado al grado de desencadenar desórdenes alimenticios fatales cuando sufre acoso sexual (retomando un diálogo entre Ellen y Luke en To The Bone), o cuando vemos que ellas también pueden ser las heroínas, o llegar a ocupar el más alto puesto del poder político;  esto no implica que esos guiones estén incluyendo a TODAS las mujeres en sus discursos; y lo que es peor, muchos de esos guiones de hecho excluyen deliberadamente a ciertos grupos de mujeres que no representan el tipo de mujer que el sistema desea visibilizar (léase mujer blanca, bella, sensual, educada…), o reproducen la eterna rivalidad entre las mujeres. Y eso, simple y sencillamente, creo yo, deja mucho que desear al feminismo.

Entonces, ¿cómo acercarnos a cualquier tipo de entretenimiento audiovisual sin que la mirada feminista interseccional merme el disfrute de lo que se ve? La respuesta es: ¡no se puede! Pero por más desalentador que esto parezca, por el contrario, me parece que tener/desarrollar la capacidad de análisis crítico como algo inherente a nuestro «yo feminista», es básico y enriquecedor. Quizá porque al final del día, estas producciones se basan y/o reproducen la realidad en la que vivimos; y por ende, lograr identificar estas “sutiles” desigualdades nos prepara para identificarlas en nuestra cotidianidad. Porque nada más complejo que saber reconocer en qué momento estamos siendo parte de o permitiendo que una injusticia se cometa en nuestra contra o la de alguien más. Nada más difícil que identificar y frenarnos cuando estamos ejerciendo o aprovechando nuestros propios privilegios a costa de otra mujer, ya sea por cuestiones de género, raza o clase.

Así que, a mantener la mirada y la mente feministas afiladas cuando veamos series, leamos libros, revistas, así como cuando estemos conviviendo con otras personas. Porque hacer esto es realmente necesario para cambiar nuestras propias prácticas patriarcales, colonialistas, racistas, clasistas –y un largo etcétera del que nadie escapa porque todxs hemos crecido bajo el mismo sistema- y ¿por qué no? Para señalarlas cuando otrxs las reproducen también… aunque nos/les incomode.

-La Fata Morgana


 La Fata Morgana —Feminista, socióloga y poetisa mexicana. Amante del café y los animales. Publica el blog de poesía y otros insomnios Lunas Letras y Café.  Le apuesta al veganismo como estilo de vida ético, justo y libre de crueldad para todxs. Su alter ego: Pamela Erin Mason R.

Twitter/Instagram: @lafatamorgana_