Encuentro de Mujeres que Luchan II

Lo prometido es deuda, como les comentaba en el artículo anterior de Mujeres que Luchan les traigo la segunda parte que, desde mi perspectiva fue el mal sabor de boca que pasé en el encuentro. Tengo que aclarar que las críticas acá no son para tirar mal rollo al encuentro en sí mismo simplemente es lo que considero que mucho del feminismo de ciudad tiene que empezar a deconstruir. Estamos para ver lo bueno y lo malo, con la intención de mejorar.

Primero recordemos que existieron participaciones culturales, políticas y deportivas por parte de las zapatistas y de nosotras (hago la separación para que se entienda más lo que se va a ir desglosando). Considero importante mencionar que muchas de las participaciones que no les tocaron a las zapatistas fueron canceladas, atrasadas, cambiadas o las personas que estaban encargadas de llevar a cabo el tema no asistieron, varias de nosotras que no llevábamos algo preparado optamos por quedarnos en un lugar y «esperar a ver que venía» pues no estaba organizado realmente, imaginando razones simples para que esto sucediera, por que no se mencionaban las razones, sólo puedo verlo como una falta de responsabilidad y de respeto a las que organizaron los tiempos y a quienes queríamos asistir al diálogo, reflexionar, deconstruir y compartir.

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¿Por qué es importante hablar de ello? sencillo, eso habla de cuál implicadas estamos en nuestro trabajo, con lo que hacemos para mejorar este mundo y cómo consideramos nuestro tiempo y el de las demás para continuar avanzando por un mundo despatriarcalizado. Claro que pueden existir razones que sobrepasan de nuestras manos ¿pero las que no? pienso que tenemos que tomarnos en serio lo que hacemos para poder crear un impacto real en nuestros contextos. Eso sí, los espacios «en blanco» fueron ocupados por otras compañeras para iniciar diálogos diversos, de acuerdo a lo que ellas sentían, hacían y pensaban en ese momento.

Lo siguiente que me llamó muchísimo la atención es que la mayoría de las mujeres eran extranjeras, principalmente argentinas. ¿Qué pasa en nuestro país que muchas de las mujeres mexicanas no pudieron asistir? y ¿por qué parece que resultó más complicado a las mexicanas desplazarse al caracol que a las extranjeras? nuestro país atraviesa una situación bastante grave de seguridad, por un momento hasta yo dudé en asistir pues no quería recorrer el camino sola ¡me daba miedo! (sin mencionar a mi familia que también estaba preocupada) y al finalizar el encuentro escuchar a las voceras de avisos confirmar sobre retenes, conflictos armados y carreteras cerradas me confirmó que era bastante válido sentir ese miedo (pff que pena usar válido y miedo en la misma oración).

También la economía es un tema que tiene peso en esta observación. Les platico un poco, hace un año aproximadamente yo me quedé sin empleo remunerado y tuve una crisis tremenda al mandar curriculum, todos con respuestas negativas, y yo sé que soy privilegiada pues tengo una educación universitaria, soy de tez blanca, joven, con posibilidad de ser apoyada por mi familia pero ¿las que no? aquellas mujeres que no pueden ser apoyadas por que la familia tiene la misma condición económica, las que no pudieron estudiar, las que ya no son jóvenes, aquellas que tienen características físicas que este sistema ve como «anormales» o las que tienen trabajo pero no pueden pedir permisos pues eso significaba no adquirir dinero que serviría para lo básico o lo necesario… ¿Esto nos habla de condiciones en México? ¡por supuesto! y son condiciones en las que realmente no se esta pudiendo vivir pues los salarios se mantienen fijos y los precios de un montón de cosas suben, los servicios se van privatizando y las jornadas laborales se tienen que hacer más largas para que se pueda garantizar una ¿»vida digna»? lo que sea que signifique para la política mexicana la palabra digna.

Volvemos a la pregunta ¿realmente es necesario señalarlo? ¡claro! porque mientras no podamos adquirir una red de apoyo no sólo en lo emocional sino también en lo económico ¿cómo podremos continuar con el activismo/lucha? y acá me retiembla mucho las palabras de Silvia Federici el trabajo se ha vuelto la opresión perfecta para dejar de organizarnos para acabar con este sistema. Necesitamos pensar en nuevas formas de sustento en nuestros hogares de manera comunitaria, una vez más no sabernos solas pero ahora en el aspecto económico.

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Siguiendo con el tema de los privilegios hay uno que considero no muchas están viendo en sus contextos y es el hecho de no ser indígenas. Este y el siguiente punto pienso que fueron los que más me generaron coraje, pues tuve la desgracia de observar como varias mujeres trataban a las zapatistas como paisaje o como objetos, vaya que parecía un «zapatour» y no un encuentro para algunas, desde el hecho de que había reglas para tomar fotografías (LA PRINCIPAL es no tomar fotos cuando las compañeras no tuvieran el rostro cubierto) para algunas no eran de importancia, también observar como otras presionaban a las zapatistas para tomarse fotos con ellas o posar frente a un grupo de compañeras zapatistas para que salieran en la foto como fondo ¿en serio, pero en qué estás pensando?

Y también me pregunto ¿en qué pesaban cuando introdujeron drogas? en dos ocasiones las compañeras zapatistas tuvieron que aclarar que el consumo de drogas y alcohol estaba PROHIBIDO y entendamos una cosa, a ellas les costó bastante eliminar ambas cosas de sus comunidades ya que lo vieron como una de las razones por las que recibían violencias en sus hogares. Entrar a un territorio como un caracol con eso lo único que hace ver es lo ignorante que eres y tu incapacidad de controlarte. Decepción fue lo que sentí al escuchar de algunas compañeras que vieron como estaban fumando mota o vendiendo brownies, y es que puedo aceptar muchas incoherencias que van saliendo resultado de nuestras deconstrucciones, pero esto me parece inaceptable por todo lo peligroso que representa para las comunidades y para nuestros movimientos ¿pensaron en los paramilitares?, ¿en que en México es ilegal?, ¿las implicaciones que puede tener la milicia con la excusa de un churro de mota? y ¿cómo se puede desprestigiar el avance de muchas con el comentario «pero fueron a fumar mota nada más ¿no?»? creo que no pensaron absolutamente nada entonces me pregunto ¿así piensan en sus frentes de lucha?.

También hubo innumerables quejas que emitían algunas compañeras por: 1) se tenía que hacer fila para comer, 2) el agua fría en la regadera y 3) los lugares designados para dormir no eran cómodos ¿en serio? no vas a hospedarte en un hotel querida, vas a un encuentro bastante grande dentro de una comunidad indígena que con mucho esfuerzo te ofrece lo que tiene. Reflexiona un poco sobre tus privilegios como para sentirte lo suficientemente segura de reclamar ante una situación así, de verdad reflexiona.

Ya para finalizar, algo que he encontrado en todos los encuentros feministas a los que he tenido la oportunidad de ir, la falta de sororidad. Se peca demasiado con la carencia de empatía y sororidad hacía otras que no tienen mucho o nada que ver con nosotras y normalmente quienes sufren más esto son las niñas, las ancianas, las índigenas, las negras, las lesbianas y las trasn… Y por supuesto, en este encuentro no fue diferente ya que al final ver que muchas de las jóvenes trataran agresivamente a las ancianas, por ejemplo resultó bastante incómodo y, por su puesto, digno de ser señalado. Y de verdad me cuesta aceptar eso pues la base de los feminismos es la unión que se ve muy linda al principio y durante los encuentros… Ya al final se les olvida compañeras todo el derroche de sororidad que pregonan en los talleres ¿eres capaz de mirarte al espejo y aceptar que te falta mucho por deconstruir? y si la respuesta es sí ¿cuándo vas a empezar? y no se trata de juzgar, tenemos que reflexionar cada una sobre el pie que cojeamos, es válido equivocarnos lo que no es válido es seguir haciéndolo aún cuando ya se señaló la falla.

Así que nos toca mucho que reflexionar, analizar y eliminar de nuestras prácticas. Recordemos y nunca olvidemos que el acuerdo es vivir a lo que yo pregunto ¿entre nosotras bajo que condiciones? las propuestas se aceptan.

 

*Los derechos de las imágenes son de Lídice Villanueva.