Columnas

En la historia del movimiento feminista, muchas son las mujeres que han aportado desde la reflexión, la construcción de ideas sobre el ser mujer y el estar en el mundo. Otras tomaron la iniciativa de poner a prueba sus conocimientos y creatividades en el desarrollo de la ciencia, las artes y las humanidades en sus más variadas expresiones, siendo pioneras. […] Militantes somos aquellas que nos aferramos a creer que esto del feminismo es un camino de largo aliento por el cual nuestras vidas toman sentido; un ideal y realidad por el cual nos mantenemos en pie, y por el cual se traza la propia existencia. ♀
La columna nace de la necesidad de expresar desde dónde habitamos el mundo las que estamos al otro lado de la normalidad. Las que no somos blancas, las que somos producto de la colonización, de la acumulación originaria de capital por despojo. Las prietas, las indias, las mestizas, las chingadas. Las que no formamos familia nuclear sino que tejemos red. Las disidentes sexuales y de género. Las precarias, las migrantes. Somos a las que miran mal por la calle en los barrios de gente bien. Las dinamitadoras de fronteras y las que burlamos su biocontrol. Somos las gordas que rompen las costuras de una sociedad que constriñe. Somos el árbol torcido que jamás su rama endereza. ♀
La Letra Violeta nace del deseo por reflexionar sobre poesía escrita por mujeres tras el reconocimiento de mi propia necesidad de leer más autoras, conocerlas y compartir sus voces. Entendiendo la capacidad de la poesía para cambiar mundos y crear otros. De ser arma político-epistemológica. Es a través de esta columna que les invito a explorar dichas letras conmigo, a ver qué nos dicen, cómo nos cambian… La Letra Violeta es también un espacio donde deseo compartir mi sentir-pensar sobre el mundo que me rodea, la manera en que lo habito y cómo, a veces, lo deseo deshabitar. Una mezcla entre la poesía que leo y la que atraviesa mi vida. Una poética de mis días... ¿nos leemos? ♀
El concepto de mujer es muy propio e individual y pienso que cada una lo vamos formando con los pasos que damos fuera y dentro de nuestros hogares, al exterior y al interior de nosotras mismas y ello no nos hace más ni menos ante otras ni ante otros, simplemente nos hace creadoras de nuestro destino y de nuestras vidas […] empecemos a cuestionarnos todo aquello que nos dicen que es propio y único de las mujeres a ver si es tan real esa idea o no. ♀
Escribir con una mirada crítica, con cuidado en los temas que elijo, buscando que mi preocupación por los mismos, no sean ya producto de la visión patriarcal que se manifiesta en mi subjetividad. Buscando maneras de encontrar mi propia voz y la de ustedes, mujeres. De-construyéndome. […] Escribir sabiendo que mis posicionamientos, mis críticas y reflexiones, son una mirada dentro del complejo entramado social, escribir entendiendo la importancia de los pequeños cambios y de las pequeñas acciones. ♀
Creo que la mujer es como un libro que se reescribe a sí mismo constantemente. Sus palabras están fuera de un manual de instrucciones. Hace mucho tiempo aprendí que no escribo para ser comprendida, ni escuchada; lo hago por las que tienen voz y tienen temor a expresar lo que sienten porque un sistema de normas fallidas todavía les oprime. Mi columna Fuera del Manual te invita a un encuentro con la mujer que todavía no has escrito. ♀
Errante es no tener un hogar definido y claro, deshacerte de la idea de poseer una propiedad, una casa o un espacio propio; errante es cargar una mochila en la espalda y florecer en diferentes lugares y contextos, habituarse a experiencias de movilidad y peregrinaje. Errante es una posibilidad de acción política pero también es el efecto de la marginación y precarización que vivo diariamente como mujer de clase trabajadora en una ciudad transfronteriza. Errante es una invitación a la imaginación política, a la posibilidad de definir y simbolizar el mundo a través de un nuevo vocabulario, una nueva simbolización que desestabilice el orden binario, eurocéntrico y colonial. Errante es la posibilidad de crear fisuras, es un sitio de escape que permite encontrarme y reconocerme en la experiencia de otras cuerpas errantes. ♀
La intuición “tácita, profética y visceral”, como le diría Pinkola, ha sido una gran compañera. La escucho, la vivo y le doy su lugar. Me ha permitido mutar en los últimos 10 años, de mujer privilegiadamente soberbia a feminista feroz que intenta hacer consciencia de su lugar en el mundo y del interminable viaje de transformación que implica una vida con lentes violeta. Pretendo compartir, con entraña feminista, mis experiencias, sentires y pensares, pasadas y presentes, en las que la intuición como oráculo y el autocuidado como motor me han permitido y me permiten vivir a profundidad lo político y lo personal, apasionadamente y sin puntos finales. ♀