Por Clara Suárez Quintana* Era un sonido metálico (Cuatro sonidos) Como cadenas rasgando el aire Que separa tus jardines de mi cárcel. Una daga casi vizcaína Pero no en la mía, Sino en tu piel. Cuatro sílabas sucias, embarradas Lascivas, obscenas, Manchadas de sangre Y esta sí que era mía. Pero era sangre de la…
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