Por: Juanita Montoya Cepeda*
cuando fuiste tú la que nos corrompió en el pecado,
cuando sacaste lo peor de nosotros,
violadores sin remedio
Hembra, puta, mujer
¿quién te dio el permiso de mostrar la piel en la calle?
¿por qué mostraste las piernas y usaste ropa ajustada si no era para llamar nuestra atención? Te cagaste todo
cuando no nos podemos controlar
Tu decides seguir con tus palabras,
de histérica loca.
Puta, hija de otra puta
Se te ha advertido una y otra vez
y tú continuas, luego te lamentas
Nosotros, perros rabiosos que no debiste sacar de su jaula
e igual decidiste hacerlo
Tú, la perra más perra,
la que tiene miedo de andar por las calles,
famélica, hambrienta, escurridiza, asustada.
*Juanita Montoya Cepeda, 21 años, de Boyacá, Colombia. Estudiante de biología. Feminista en de-re-construcción. A veces invierto mi tiempo en escribir sobre todo eso que me toca las fibras, que me hace cada vez más sensible. Ser mujer me atraviesa de todas las formas posibles. Intento ser crítica siempre, conmigo, con el mundo. Caminando, siempre caminando.
** La ilustración no nos pertenece, los derechos de autora son de Apollonia Saintclair
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