Que haya cuerpos que besen y tiemblen

20170601_135028
Erotismos, Thelma Nava

Cuerpos desnudos, visibles, palpables. Humedad y naturaleza. Viscosidad. Sudores, lágrimas, azúcar y sal. Mujeres, vulvas y pupilas exaltadas. Hombres, lenguas y falos extaciados; pliegues.

Mujeres que besan y tiemblan (2000) se me presenta en un estante de la biblioteca como una antología mexicana de poesía erótica femenina, a la que yo propondría un cambio de nombre por algo como “antología heteroerótica escrita por mujeres”, para no generar expectativas de diversidad sexual en sus contenidos. La voz poética de Jeannette Clariond podría –quizá-, desde mi lectura, librar la batalla de la heteronormatividad con Una noche en el huerto: “Tendida/ en el asiento del negro Chevrolet;/ los pliegues de la noche sobre tu piel desnuda, tu vientre agitado aún;/ abierta al ruido de jejenes:/ alborozo en la luz, / suave baño en tus muslos / en tus senos de racimos […]”.

20170601_134604

En la Nota introductoria, leo la siguiente advertencia: “no encontrará el lector, en esta antología, textos que aborden de manera concreta la genitalidad, sino poemas cuya intensidad y fuerza sensual radican precisamente en el misterio y tangencialidad de la palabra” (2000: 13). En la poesía, sin embargo, no se requiere la explicitud para hablar concretamente de algo: “Nadie, ni el silencio/ me abre / como tú, ni el tiempo.”[1]. “Prolongación de tu sexo / son mis labios / te crecen / y entonces esa espiga / penetra dulce / madura / y florece en mi vientre”[2]. “Relaja todos tus músculos, excepto uno”[3]. “Cuando tu piel es saboreada, mordida, ensalivada, cuando me deleito en la calidez de tu dureza…”[4]

20170601_134830 (2)
Pequeña isla, Margarita Paz Parede

El erotismo de esta poesía se construye entre confesiones de tintes bíblicos, con Adanes y Evas erotizadxs, y delirios matutinos tras la primera eyaculación de un día común. Las mujeres toman su pluma y versan: sexualidad, belleza, y un romanticismo que hoy me despierta sospechas sobre su construcción estereotípica patriarcal, dado el exceso de fragilidad y entrega por parte de ellas. Me asalta la duda sobre mi propia interpretación del texto que no me da para llamarlo feminista. Sin embargo, Nattie Golubov sugiere no ocuparnos en si un texto es feminista o no; sino en “cómo producimos lecturas feministas de textos de cualquier autora o autor” (2015: 88). Creo que es lo que estoy haciendo.

Sigo leyendo.

Hojas y peces. Soles y serpientes. Palabras, penetración. Lenguas y dientes. Flacidez y erecciones simultáneas. Más Evas desnudas en los brazos de Adán. Entrar y salir. Mojarse. Poesía. Capacidad de hacer sentir, de extrapolar la experiencia a los nervios de quien lee, tan sólo con palabras. Me pregunto, de todas las poesías, ¿la erótica requiere una experiencia sexual previa por parte de quien lee? ¿Cómo descifrar cada metáfora si no?

20170601_135943 (2)
Me abres, Isabel Quiñones

Delirios, secretos marítimos. Las olas que chocan en los muslos, provocan explosiones de placer. El amor se traduce en orgasmos. Los orgasmos son “semillas y cenizas / desperdigadas, ahí, / en el asiento de atrás”[5].

 

Metáforas sexuales más bien directas. “Para simplificar / pienso en tu sexo”[6]. “Pero probamos el fruto prohibido, / aquel que en el Edén era proscrito/ y que en el ancho mundo/ del exilio divino/ es, por suerte, / nuestro pan de cada día”[7]. Blasfemias; pero el sexo impuro se disculpa cual guiño literario. ¿Por qué la recurrente idea del Paraíso? Ninguna es, sin embargo, Lilith.

Sumisión, posesión. Poder. Las protagonistas son objetos de placer a manos de otro. “Dejo de ser para ser contigo”[8]. “Temblorosa de súbito:/ ¡Cómo penetras de entero/ tú en mí!”[9]. “No vengan otras después a reclamar mi territorio, ganado a sangre, saliva y fuego.”[10]. “Me propongo, amado, ser para ti la superficie/ ser una estación de paso”[11].

Pero, ¿acaso ellas llegan a ser poseedoras, sin ese ‘peligro’ de ser reemplazadas por otras? Una vez más el ser-para-otros se me viene a la mente; me cuestiono, ¿por qué en la poesía erótica, heterosexual en este caso, escrita por mujeres se habla desde la experiencia sexual generalmente pasiva, receptora? ¿Qué dispositivos de control sobre la sexualidad femenina se despliegan del inconsciente a la hora de escribir nuestra experiencia sexual o fantasías en la poesía?

20170612_113312
Memoria, VerónicaVolkow

El sexo es flor, corporeidad, literatura. Metamorfosis del falo y la vagina. “Busca la boca y sale el áspid/ que intenta tocar la garganta”[12]. “[…] y entra entonces en ella/ la erección de otra piel/ y la de la montaña, / hace gruta / que empuja desde adentro”[13]. Lluvia y semen: “[…] boca arriba espero/ el gozo de lluvia que revienta”[14]

Al final se trata de los cuerpos. “Vivos, abiertos yacientes y ávidos”[15]. Desnudos, erotizantes-erotizados. Violentos. Pacíficos. Esta antología se encarga de que haya cuerpos en la mente y en la punta de la lengua en cada página. Que haya cuerpos que besen y tiemblen después de la lectura. “Que no quede nadie ignorante de su cuerpo”[16].

-La Fata Morgana


La Fata Morgana —Feminista, socióloga y poetisa mexicana. Amante del café y los animales. Publica el blog de poesía y otros insomnios Lunas Letras y Café.  Le apuesta al veganismo como estilo de vida ético, justo y libre de crueldad para todxs. Su alter ego: Pamela Erin Mason R.

Twitter/Instagram: @lafatamorgana_

[1] Me abres, Isabel Quiñones.

[2] Erotismos, Thelma Nava.

[3] A la manera de Kyra Galván, Kyra Galván.

[4] De madrugada, Minerva Margarita Villarreal.

[5] Una noche en el huerto, Jeannette Clariond.

[6] Cansancio de toda metafísica, Ulalume González de León.

[7] Adán y Eva sin nostalgia del paraíso perdido, Elva Macías.

[8] Sin título, Aura María Vidales.

[9] Op. Cit. 4.

[10] Op. Cit. 3.

[11] Los seres flotantes, Myriam Moscona.

[12] Una noche en la ópera, Alicia Gacía Bergua.

[13] Op. Cit. 12.

[14] Caricia que dispone, Jeannette Clariond.

[15] Sin título,  Adriana Díaz Enciso.

[16] Op. Cit. 15.

Fuentes:

Golubov, Nattie, La muerte del autor y la institucionalización de la autora: reflexiones sobre la figura autoral femenina, en Sáenz V., Adriana (et. al) (coord), (2015), Erotismo, cuerpo y prototipos en los textos culturales, Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo UMSNH, Universidad Autónoma de Nuevo León, Universidad de Guadalajara y Centro de Estudios de Género, Morelia, Michoacán. Pp. 77-89. (Descárgalo aquí)

Villoro, Carmen (comp). (2000), Mujeres que besan y tiemblan. Antología mexicana de poesía erótica femenina. Editorial Planeta Mexicana, México, D.F

Imagen de cabecera de Jana Brike, «L’Origine du Monde»