Por: Jael de la Luz*
Enójate, ambiciona, profana, violenta, llama la atención, sé lujuriosa y sé poderosa. Estos son los «siete pecados necesarios» que la escritora y activista egipcia Mona Eltahawy dice que las mujeres y las niñas no deberían cometer, pero que deben hacerlo. Eltahawy aboga por un enfoque interseccional, queer e internacionalista para mostrar en cada capítulo de The Seven Necessary Sins for Women and Girls cómo irrumpir el sistema patriarcal, ofreciendo ideas para desmantelarlo de acuerdo al contexto y experiencia en las cuales se vivan. Las mujeres y niñas no deberíamos tener miedo de gestionar nuestro poder y ser tal cual, pero como bien dice en su introducción “Defying, Disobeying and Disrupting the Patriarchy” (Desafiar, Desobedecer y Perturbar el Patriarcado):
Ningún país ha logrado la equidad política. Algunos países nunca han tenido a mujeres como presidentas o Jefas de Estado. Ningún país paga a hombres y mujeres igual por el trabajo que hacen. Es un hecho que en cada país los casos de violencia doméstica, acoso y violencia sexual pone a las mujeres y niñas en una situación complicada, pues quienes ejercer estas violencias son en su mayoría sus parejas hombres. También algunas religiones todavía se oponen a la ordenación de mujeres a cargos eclesiásticos o a su ordenación al ministerio. Y son los hombres quienes todavía tienen un control y representación desproporcionada en comparación con las mujeres en el área de las artes, la media y el panorama cultural donde se definen las ideas y los gustos.
El patriarcado es universal.
En su libro, por ahora en inglés y en francés, Eltahawy ofrece parte de sus experiencias tejidas con historias de mujeres y niñas de países como Sudáfrica, China, Nigeria, India, Bosnia, Brazil, Arabia Saudi y Egipto que luchan contra los tabúes que culturalmente se les han impuesto tocando el límite de lo “pecaminoso”. Este libro no enseña a las mujeres y niñas a sobrevivir al sistema patriarcal en el que se han encontrado/ en el que nos encontramos, pero ayuda a despertar la curiosidad de evaluar todas las creencias e ideas que nos han mantenido históricamente a las mujeres y personas no binarias fuera de los espacios donde se toman decisiones sobre nuestras vidas.

Este libro puede leerse como un Manifiesto, como un texto que da un panorama de las luchas que mujeres, personas no binarias y colectivos enfrentan para desafiar el patriarcado, el sexismo, la cultura de la pureza y los estereotipos de género a lo largo del mundo, lo que nos convoca a unir esfuerzos por una solidaridad global y anti-sistémica.
En otro post donde reseñé su primer libro Por qué el mundo árabe necesita una revolución sexual (Capitán Swing, 2019), hablé un poco de quién es esta escritora, periodista y feminista egipcia. Y aquí vuelvo a hacer un recuento de ella. En el 2011 mientras cubría la Primavera Árabe, Mona fue agredida junto a otros periodistas. Arrestada por la policía antidisturbios en la Plaza Tahrir, El Cairo, Mona logró twittear desde la Blackberry de otra persona, que estaba detenida, que había sido golpeada y que estaba en prisión. Cuando fue liberada, Mona tuiteó más detalles: había sido agredida sexual y físicamente; tenía un brazo roto y una mano fracturada por las palizas que le dieron dentro del ministerio del interior en El Cairo.
Al recuperarse, Mona se tatuó ambos brazos con símbolos que le recuerdan su lucha y sus raíces: en el brazo derecho la diosa egipcia Sejme que significa “La más poderosa”, “La invencible”, “La terrible”, “La gran diosa madre” o “La diosa del amor”. Además de estar asociada con la fuerza y el poder, Sejme también era la diosa de la guerra, de la venganza y de la curación. En el brazo izquierdo en árabe se puede leer libertad. Sus tatuajes, así como su proceso de escritura, fueron parte del mismo proceso de sanación.
En el 2016 Eltahawy publicó un ensayo sobre la situación de las mujeres árabes y el legado de la Primavera Árabe en el Oriente Medio y el norte de África. De ello trata Por qué el mundo árabe necesita una revolución sexual. Desde ese entonces, ya viviendo en los Estados Unidos, Mona se manifestó contra la invasión de Israel a Palestina, por lo cual fue arrestada, y casi liberada de manera inmediata. Poco a poco Mona comenzó a ser una de las voces contemporáneas más críticas y lucidas sobre los feminismos globales y la posibilidad que tenemos de trasgredir.
Siguiendo su cuenta de Twitter, me di cuenta como al ser invitada a programas de televisión aprovechaba el momento para criticar el feminismo blanco y su supuesta solidaridad con las mujeres árabes y racializadas; criticó lo políticamente correcto con su frase célebre: “fuck off the patriarchy” acompañada con el dedo en medio. Por más que las presentadoras le exhortaban a no hacer eso en público y al aire, ella expresaba que el feminismo que busca la transformación y derrocar el patriarcado debe incomodar y cuestionar lo políticamente correcto.

The Seven Necessary Sins for Women and Girls, se compone de siete capítulos. Anger (Enojo), Attention (Atención), Profanity (Blasfemia), Ambition (Ambición), Power (Poder), Violence (Violencia) y Lust (Lujuria). Fuera de la anécdota personal, Eltahawy nos lleva a través de la historia contemporánea de varios regímenes autoritarios y violaciones de los derechos humanos contra las mujeres. También habla sobre eventos actuales como el trato racista y sexista que han sufrido por parte de Donald Trump.
Su lectura es interseccional y poderosa. Por ejemplo, en Anger (Enojo), la autora comienza a narrar como siendo niña en El Cairo al jugar con su amiga desde su casa, un hombre las acoso sexualmente desde la calle, y ella sintió tanto enojo, que no supo cómo expresar ese malestar. Para culturas donde las religiones monoteístas como el Islam o el Cristianismo, no permite a las mujeres expresar emociones que se consideren inmorales, se nos desarma de herramientas para defendernos y usar el enojo con potencia transformativa.
Es por ello que la autora expresa cómo el acoso y la violencia sexual ha sido una de las realidades que más nos enojan y de las cuales la sociedad, nuestros padres, nuestros guardianes y hasta los hombres de nuestras familias y comunidades, nos silencian cuando nos culpan de lo que sucede. Entonces Mona dice: “La ira es ese puente que lleva al feminismo de la idea del ser, a pensar: «¿Cómo diablos está pasando esto?», a «Esto debe dejar de jodernos».” (p.21) Y así, ofrece algunas ideas desde la poesía de la escritora lesbiana afroamericana Judy Jordan para navegar del enojo con toda su potencia creativa a desafiar incluso lo estereotipos que hoy día la sociedad expresa: feminazi, bitch, witch, loca. “Yes, I am angry woman. And angry women are free women.”
En su capítulo Attention, dice: “La atención es poder. Cuando llamas la atención, tienes el poder”, animando a las mujeres a recibir la atención que merecen; y este capítulo se conecta con el de Ambition, exhortando a que la ambición ayuda a soñar, a imaginar futuros menos opresivos para las niñas de hoy que serán las mujeres del mañana. La ambición también es una poderosa herramienta para sanar del trauma generacional, sobre todo cuando eres primera generación en ir a la Universidad, por ejemplo.
En el controvertido capítulo sobre la violencia, Eltahawy invoca la necesidad de la violencia física como una forma de represalia contra la violencia de los hombres. Ella dice que debemos enseñar a las niñas a pelear (defensa personal) para que puedan lastimar a sus abusadores y acosadores de inmediato. Ella escribe: “Debemos hacer que el patriarcado nos tema. Hasta que, ya menos que las mujeres estén listas y sean capaces de usar la violencia como forma de defensa, como disuasión, como arma, y así el patriarcado nunca nos temerá, sabiendo que la violencia patriarcal continuará sin cesar, todos los días, semanas, meses, años”. Eltahawy llama a su libro «un manifiesto para destruir el patriarcado y poner fin a sus crímenes».
Quienes venimos de tradiciones religiosas educadas en rigurosas ideas morales sobre lo que debe ser una “buena mujer”, este libro es muy liberador. Como muchas de nosotras, Mona viene de un pasado religioso donde el Islam y sus normas fueron muy rígidas. En su primer libro escribe como hasta que llego a la Universidad decidió quitarse el velo, cuestionar la cultura de la pureza y explorar nuevas formas de espiritualidad. Es por ello, quizá que el capítulo Profanity, es muy alentador para quienes hemos salido institucionalmente de las iglesias y religiones enfocando nuestro compromiso en sanar, descubrir lo sagrado en lo cotidiano y sobre todo, reconocer que al final del camino, nosotras somos nuestras propias salvadoras.
“I wrote this book with enough rage to fuel a rocket” Escribí este libro con suficiente rabia como alimentar un cohete, es la frase con la que inicia y termina The Seven Necessary Sins for Women and Girls, y nos pone un poco en sintonía con la autora que no es ajena a ir documentado en su blog Feminist Giant, los movimientos y causas feministas donde siempre ofrece una llamada a la acción valiente y apasionada.
Puedes ver aqui una breve presentacion de The Seven Necessary Sins for Women and Girls: