Por: Belén Bello González*
Viajar sola debe ser uno de los máximos placeres de la vida, así como autogestionar el placer o beber a destajo cuando tienes sed.
Para viajar sola, debes seguir los siguientes pasos:
1.-Olvídate que vas sola.
“Sola” es un término que la sociedad nos amarró al género. Sólo piensa; si vas con una mujer, van solas, si vas con un hombre, pues vas acompañada. Acá tomamos las imposiciones de género, las doblamos con cuidado (no se vayan a escapar) y las lanzamos al compost para que abonen el suelo ;).
Sola nunca; contigo, siempre.
2.- Define tu destino.
Si bien es importante saber desde dónde comenzarás el viaje, es aún más importante y necesario, que definas hacia dónde vas, en el sentido amplio de destino. ¿Qué país?¿Qué trabajo?¿Qué calle?¿Qué sueño?¿Qué sentimiento?.
A veces, llegar a destino pasa a ser un poco más complicado de lo que inicialmente pensamos. ¡No temas! las vicisitudes también son partes del viaje y enriquecen el paisaje.
3.- Organiza tus recursos.
Piensa en detalle con los recursos que cuentas. No sólo los materiales o monetarios, también en tus redes de apoyo, tus debilidades y virtudes, las características que te hacen única, esas cosas que haces mejor que nadie, las canciones que te alegran el alma, los sueños que tienes guardados y están pendientes por cumplir, esa forma en qué miras y tus amistades celebran, esos dones que por vergüenza no muestras tan a menudo.
Una vez detectados, atesóralos, organízalos y tenlos a mano. Te serán de utilidad ante imprevisto o cambio de planes.
4.- Enfrenta tus miedos.
Te pido expresamente que te tomes el tiempo necesario para que, café o copete en mano, dependiendo de la dinámica que tengas con tus temores, te sientes a conversar a calzón quitado con tus demonios. Puedes comenzar con una voz suave, intentando ser conciliadora y planteando la necesidad de autogobernanza en este proceso.
Si los desgraciados se resisten, no dudes en utilizar tu fuerza física, utensilios de sujeción, y con propiedad absoluta, procedas a domarlos. Sin duda, serán tus compañeros de viaje, pero su deber es ser quiénes te mantengan segura ante el peligro, no quiénes dominen tus pasos.
5.- Pon una fecha.
Como dice el dicho “no hay plazo que no se cumpla, ni deuda que no se pague”, así que define tu fecha de inicio del viaje. No es necesario que en ese momento definas el regreso, cada viaje tiene su tiempo, puede tomarte más o menos horas (días, meses e incluso años), eso lo irás evaluando en el trayecto. El punto es que definas, a consciencia, el día en qué emprenderás el viaje, tú sabrás si habrá de realizarse dentro de este mes o en unos años más, ¡no hay apuro, son tus tiempos!.
6.- Haz la maleta.
Busca un equipaje con el cuál te sientas cómoda, cuyo peso puedas aguantar sin grandes sacrificios, que cuente con espacio para sumar tus pertenencias. Piensa cómo debes vestir para el lugar que enfrentarás (qué tipo de vestimenta, qué calzado, qué sentimientos, qué certezas, qué inquietudes), será más fácil seleccionar lo esencial.
No olvides disponer espacio para tus recuerdos, para tus cariños, para las sonrisas, y deja espacio para lo que vendrá; las nuevas cosas que aprenderás de ti, las personas que conocerás, los amores, los sentimientos, los paisajes, los olores, las comidas, los amaneceres y atardeceres.
7.- Disfruta el viaje y mantente en contacto.
Emprende el viaje con una sonrisa en el rostro y con la seguridad que a dónde sea que vayas, retornarás distinta. Disfruta los altibajos del viaje, la montaña rusa de emociones, la variedad de paisajes, el torbellino de rostros, palabras y tactos.
Es posible que durante el viaje extravíes algunas cosas, espero que sólo sean cosas que ya habían cumplido su rol y tiempo en tu vida. Despídete con cariño de aquello que no te será de utilidad durante el viaje o a tu regreso.
No olvides mantener el contacto con tus seres queridos, que sepan dónde buscarte en caso de perder la comunicación, y aún más importante, manten abierta la línea directa a tu corazón, que en este viaje puedas retornar a tu centro tantas veces cómo lo requieras.
En resumen, disfruta el viaje.
¿Ya te animaste a viajar sola?
