Por: Sandra Quiñones*
En el mundo de lo femenino es de lo más normal escuchar a médicos y enfermeras esta clase expresiones, dirigidas a quienes se encuentran en el proceso del alumbramiento. Parir en este país no solo implica una carrera de resistencia ante nuestro propio cuerpo, sino que también, es sortear toda una amplia gama de violencias que el personal médico y hospitalario nos hace padecer.
Mi primer hijo nació 14 días después de la fecha probable de parto y en ese proceso duré 7 días en el hospital, sometida a toda una gama de violencias, ya que el medico (varón) estaba empeñado de que fuera por parto natural. Cuando llego otra ginecóloga, al revisar se percató de que ya había sufrimiento fetal, la respuesta del médico fue un tajante: ¡si no sirven para tener hijos, para que los tienen! En ese momento le día las gracias al susodicho médico y entré a quirófano de emergencia, afortunadamente todo salio bien, pero ese evento quedo marcado en lo mas profundo de mi memoria y desde entonces solo me atiendo con ginecólogas.
La violencia obstétrica en nuestro país tiene una larga y negra historia, desde los esquemas de control de la natalidad de los 70, hasta las esterilizaciones forzadas a mujeres en comunidades indígenas aun en el siglo XXI.
Siempre esta violencia ha sido enfocada a las mujeres pasando desde la obligación y sugerencias de usos de anticonceptivos, la negación de servicios ginecológicos a niñas y adolescentes, negación de realizar métodos definitivos en mujeres jóvenes que lo solicitan, hasta el colmo de que sean los varones (si, esos que nunca menstruaran) quienes nos dicen a las mujeres como debemos de proceder en las diferentes etapas de nuestra vida reproductiva y sexual; una vez escuche a un medico decirle a una mujer joven que el uso de tampax haría que su vagina se hiciera “grande”.
El personal medico debe de entender los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres; este es un derecho personalísimo, esto es, cada mujer decide que, cuando y como toma ese derecho; esto es: tu tienes el derecho de decidir si es madre o no; si tomas anticonceptivos o decides un método definitivo; tu decides que tipo de protección menstrual utilizar; tu decides lo referente a tú vida sexual.
El cuerpo de la mujer sigue siendo esclavo del varón en el tema medico; si, ellos que nunca sentirán la turgencia en los senos antes de la menstruación, o como aumentan las contracciones al dilatar; si, esos médicos que lo mas cerca de la menopausia a la que pueden llegar a es cuando su pareja llega al climaterio; si embargo, los vemos en sus consultas como si estas situaciones las vivieran día a día y las imponen a sus pacientes como verdad total y a muchas de ellas ni quiera tienen la educación de explicar perfectamente porque decidió el medico ponerle un DIU a la mujer que realizar una vasectomía al marido.
Nadie, absolutamente nadie puede obligarte en el tema de reproducción y sexualidad, a que sigas instrucciones si no estas plenamente informada y convencida; recuerda que es tu cuerpo quien sufrirá los efectos de las hormonas, las consecuencias de la episiotomía, las malas valoraciones, la mediocre atención.
Es nuestro cuerpo y son nuestras decisiones; es nuestro cuerpo y nosotras sabemos muy bien como funciona y cuando y como duele, no permitas que otro que no lo conoce minimice tus dolores, minimice tus padecimiento; no permitas que otro te insulte por que duele, por que no sabes, por que no quieres. Recuerda que en todo momento puedes cambiar de médico.
Ser mujer y ser madre no debe de ser causa de que nos falten al respeto o nos violenten; si has padecido de esta clase de violencia, presenta la queja ante el hospital o las instancias correspondientes, solo así, el personal médico entenderá que ya no podrán gritarnos en las salas de expulsión: ¡Cállate y puja!

*Sandra Quiñones Domínguez es abogada. Maestra de la UNE Puerto Vallarta. Especialista en los temas de Derechos Humanos y Empresa, Derechos humanos empresa y género. Integrante del Colectivo Mujeres Puerto Vallarta; Integrante de CLADEM Puerto Vallarta; Columnista del Periódico Tribuna de la Bahía Puerto Vallarta y Asesora de empresas en el tema de derechos humanos, empresas y género.
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