El Síndrome de la Impostora y la Conciliación

Por: Ana Valencia*

Leo a Olga Blázquez preguntarse ¿Cuándo empieza la alineación? y solo pienso en mi resumen curricular ocupado por actos que no me definen del todo y en los que, a veces, no me reconozco, como no se reconocen en el espejo muchos de los peces a los que han pintado una mancha roja para el experimento, esperando probar su autoconciencia.(1)

Pero sí fuera el caso y pudiese ser brevemente interpretada en mi currículo, verían lo que debo ser: la demanda del mercado, mi vida reducida a horas trabajadas. Leerían las horas producidas, transpuestas, productivas, identificables, ahí es donde yo veo a la impostora. Una impostora que echó el freno a su carrera profesional para conciliar y hoy se siente mayormente desidentificada con las categorías especialista o experta.

El miedo de ser un constante timo como concepto de reflexión del que me he asido hablando con dos amigas estupendas y brillantes en diferentes momentos de mi vida (y a quienes dedico esta simple cavilación) es definido como Síndrome del Impostor. Se trata de un fenómeno psicológico acuñado por los psicólogos clínicos Pauline Clance y Suzanne Imes en 1978 para describir a las personas que creen que no se merecen el éxito porque en realidad, son un fraude y que corren el riesgo constante de ser descubiertas.

Dándome a la tarea de entender, descubrí lo siguiente: primero, que los efectos de este Síndrome solo aparecen en los entornos laborales y que no es una enfermedad mental, ya que no forma parte del Manual Diagnóstico y Estadístico de Enfermedades Mentales (2), segundo, que debe ser nombrado en femenino, ya que es una realidad que  la experimentan especialmente las mujeres según un artículo publicado en 2015 por la Revista Scientific American (3) (lo que no es difícil de comprender en las sociedades occidentales neoliberales masculinizadas en las que la identidad profesional ocupa un lugar central) y tercero, que su cadena de causas, según la bióloga Aida Baida Gil, son las dinámicas familiares durante la infancia que refuerzan estereotipos sexuales (por ejemplo: la presión ante ser madre y, al mismo tiempo, una profesional de éxito) y que posteriormente son reafirmadas por las diferencias salariales. 

De la suma de lo antes expuesto, según conocedoras del tema como María Arribas, CEO de GetHERtalent, quienes son afectadas más dramáticamente por este Síntoma, son mujeres de alta cualificación profesional que decidieron pausar su carrera para conciliar y que desean retomar su actividad profesional (4) ya que suelen verse a sí mismas dentro de una cultura laboral donde se da mucha importancia a saber venderse…porque suelen pensar que no están capacitadas para afrontar nuevos retos y llegar a ocupar mejores puestos. (5) No me vendo porque seguramente excedo el valor estimado, una  impostora total.

Un estudio de la Universidad de Massachusetts a nivel global indica que las mujeres que tienen hijos pueden perder hasta 4% su capacidad de ingreso al no seguirse desarrollando en su carrera profesional, dato frente al que países como Estados Unidos o el Reino Unido han creado programas de empleabilidad para visibilizar el talento femenino denominados Returner Programme (6) que están permitiendo el regreso al mundo laboral de todo el talento femenino que ha quedado apartado e invisibilizado. 

La realidad de México lamentablemente es distinta. De acuerdo con una consulta a directivos elaborada por Forbes México y publicada en 2016, más de la mitad del talento femenino se desaprovecha por no brindar oportunidades de conciliación, lo que podría costar a las empresas pérdidas de hasta 53% en sus ganancias.

En México hay 15 millones 785 mil madres trabajadoras, que representan 72.9% de la población femenina económicamente activa en el país, según datos de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) 2018. De estas mujeres según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos, México tiene la menor representación femenina en altos cargos directivos en Latinoamérica y el mayor número de discursos presentados por ejecutivos en los que se considera que la diversidad de género es una de las principales prioridades.

Según un estudio realizado para GIRE con base en la ENOE 2016, se calculó que más de la mitad de las mujeres que tuvieron un hijo en 2015 abandonaron su trabajo posteriormente y se afirmó que la salida masiva de mujeres de la fuerza laboral al convertirse en madres es la principal consecuencia de una falta de conciliación corresponsable. 

Esta problemática según revelan datos de la ENOE 2018 hizo que de los 50 millones de mexicanos que renunciaron a sus empleos entre 2015 y 2017, el 80% fueran mujeres, quienes decidieron dejar el mundo laboral por bajas prestaciones y falta de equilibrio entre la vida laboral y familiar.

El sentirnos impostoras nos lleva a ocupar una fatigosa paradoja de la feminidad que resulta confusa en estos tiempos de la igualdad formal en un ámbito público asociado tradicionalmente a “lo masculino” que parece no pertenecernos del todo, al menos en un sentido real y material. 

Esta idea de la feminidad como ficción sobre la que escribió Joan de Rivière desde 1929 en Womanliness as a mascarade, señala malestares concretos en un entorno intelectual muy masculinizado (7) y muy poco conciliador, el que las oportunidades para reincorporarse son escasas, además de ocultarnos para el mercado laboral. 

Según la doctora Valerie Young, sentirse una impostora nos lleva a sentir vergüenza de nosotras, pese a llevar largos períodos de formación y dedicación profesional, ya que según varios estudios e investigaciones tenemos mayores probabilidades que un hombre de ser ignoradas y nuestro trabajo devaluado, lo que nos lleva nuevamente a las causas de este malestar que ya describimos en párrafos precedentes y cómo éstas son percibidas por las mujeres. (8)

Este Síndrome se nutre de que nos cuestionemos nuestra propia competencia y nos discriminemos a nosotras mismas, lo que es fácil cuando otros lo hacen. Analistas como Virginia Pérez Alonso conectan el Síndrome de la Impostora directamente con esconder lo que realmente somos y con construirnos sobre creencias que asumimos como propias. (9)

El darnos cuenta de que el Síndrome de la Impostora no se trata de algo que te ocurre a ti solamente, nos hace plantearnos que se trata de un fenómeno estructural, y el habitarlo como colectivo, nos plantea reconocernos y buscar ocupar los espacios para reapropiarnos de nuestras miradas.

Citando a Marcela Lagarde(10) la construcción de la autoestima de las mujeres es un gran avance y tiene un sentido político ligado a la acción emancipadora y libertaria. Es desde el activismo feminista y todos sus frentes públicos y privados que esta construcción de la autolegitimación a la que se refiere Lagarde se comienza a distinguir reconociendo el género como factor en la estructura social para plantearnos nuevos modelos e identidades mediante herramientas, reflexiones, prácticas e ideas ya generadas y que continuamos generando para conceptualizar nuestra propia autodefensa como sujetas activas en la construcción de la transformación social.

NOTAS:

1.Desde la década de 1970, la conocida como ‘prueba del espejo’, desarrollada por el científico Gordon Gallup, es la más utilizada para los investigadores para analizar el conocimiento de su propia existencia en varios animales, entre ellos los peces.

2. Compendio elaborado por la Asociación Americana de Psiquiatría que sirve como referencia mundial.

3.Hendriksen Ellen . What is the Impostor Syndrome? Mayo 2015. Disponible en: https://www.scientificamerican.com/article/what-is-impostor-syndrome/

4. Según datos del Global Gender Gap Report 2017 elaborado por  World Economic Forum

6. Returner Programme: El término genérico para una iniciativa dirigida específicamente a mujeres profesionales que regresan al mundo laboral, incluidos los programas de contratación, los eventos, las becas y los programas de formación.  

7. Por ejemplo el estudio “It Depends Who is Asking and Who You Ask: Social Incentives for Sex Differences in the Propensity to Initiate Negotiation” publicado el 2015.

8. Young Valerie. The Secret Thoughts of Successful Women.  https://impostorsyndrome.com/

9. En Clave Tuerka – El síndrome de la mujer impostora. Video disponible en: https://www.youtube.com/watch?v=8uEyjQxsrkU

10. Lagarde Marcela Autoestima y Género. Fuente: Cuadernos Inacabados 39, Claves feministas para la autoestima de las mujeres. Disponible en: https://xenero.webs.uvigo.es/profesorado/marcela_lagarde/autoestima.pdf

**La imagen que acompaña este texto es de @julika.ilustration

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*Ana Valencia es abogada especializada en derechos humanos, género y derecho internacional.

 

 

 

 

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