Por: Paloma Palomo*
Nos han dicho que por nacer mujer lavaremos la ropa de todos en casa, haremos la comida, creceremos para ser esposas, tendremos hijos y lo haremos con gusto. En la construcción de nuestro género se ha impuesto que ser madre y esposa es lo más importante en nuestra vida.
Este argumento tan arraigado en la sociedad ha generado un constructo social según el cual no tener hijos nos desvaloriza como mujeres.
Ante mi negación a la maternidad he escuchado de mi propia madre, amigos y alguna ex pareja muchas razones a favor del tema, pero el argumento colectivo sigue siendo: “En algún momento vas a dejar de ser egoísta, ya te va a llegar el instinto maternal” ¿Pero qué pasa si ese “instinto” nunca despierta?
A muchas mujeres se les ha quitado la autonomía para decidir sobre hechos fundamentales de sus vidas y se les ha impuesto el deber de asumir este rol preestablecido para tener una vida que parece falta de alternativas.
Renunciar a la maternidad impuesta
El tener un hijo debe ser una decisión propia, no una imposición; se nos ha limitado el derecho a decidir sobre nuestro cuerpo y pareciera que se ha trazado desde el instante en el que nacemos que seremos madres.
Nos preparan en nuestra niñez con juguetes (bebes, muñecas, carreolitas y biberones) a desarrollar este rol de madre, más adelante cuando comenzamos a realizar tareas en casa, nos enfrentamos a que algunas de esas tareas como barrer, cocinar y lavar son cosas de mujeres, crecemos de esta manera y no nos detenemos a cuestionar, solo continuamos el ciclo.
Aunado a este constructo se ha estigmatizado la exploración de nuestros cuerpos, la educación sexual y el uso de métodos anticonceptivos, sobre todo en comunidades con menor acceso a la educación e información.
La situación ideal es que una mujer sea madre de manera voluntaria, informada y consciente, sin cargar con culpa, prejuicios o miedos. Sin que nada ni nadie se lo imponga.
Poder elegir para no morir
Sea cual sea tú situación tener la opción de cuando y como querer ser mamá es un derecho que nos corresponde a nosotras, para ello un tema importante a seguir tratando es la legalización del aborto en todo México.
Ya que legal o no el aborto es una realidad en nuestro país y el mundo, solo en México las interrupciones clandestinas del embarazo van entre 750 mil y un millón anuales (Consejo Nacional de Población y SNSP recabados por organizaciones civiles).
La legalización del aborto en todo el país podría lograr la disminución de estos casos, y dar la libertad para que si en algún momento quieres tomar esa opción puedas hacerlo sin miedo y sin repercusiones legales.
Está bien no querer ser lo que todos te han dicho por años, está bien decidir sobre tu cuerpo y tomar el rumbo que quieras darle a tu vida.
Algunas no tienen las mismas ganas ni deseos de querer tener un hijo, otras no reciben la educación sexual necesaria que les permita ver un panorama distinto. Toda mujer debe estar consciente de que la maternidad es una elección.
“Educación sexual para decidir, anticonceptivos para no abortar, aborto legal para no morir”

**La imagen que acompaña este texto es de @paulyna_ardilla
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