Por Montse Aparicio*
Sube al taxi y di tu dirección. Ponte a salvo. Huye y toma decisiones. Espera, eso no es huir, es auxiliarse. Escucha a la vocecita interior.
Creerás que lo que te acaba de pasar no es real. Que nada ha pasado e incluso lo borrarás de tu mente durante unos meses, es normal. Estás en shock.
Mira por la ventanilla y ve a los coches pasar. Verás a una pareja besándose y las lágrimas saldrán como cataratas ¿Qué acaba de pasar?
Pensarás en cómo alguien puede actuar así; salvaje y violento. No erais rivales, tú querías formar equipo y él no… «Se le volvieron a cruzar los cables» pensarás. Pero también lo pensaste la primera vez, la segunda…
Te sacude la frenada del taxi: me voy. Sin meditarlo tomarás la decisión acertada. Les dirás a tus compañeras de piso que no puedes más y lo mismo harás en el trabajo.
Empieza a clarecer, te pesan las piernas. Te miras las muñecas y te das cuenta que tienes los brazos llenos de moretones, simétricos… mañana los revisarás y verás que eran seis en lugar de cuatro, y que en tobillos y rodillas también tienes.
Ves la gasolinera, estás cerca de tu casa. Tu móvil vibra pero no tendrás fuerzas para hablar con él.
«Son 15 euros». Has llegado, pagas y sales del taxi. La decisión está tomada en el viaje que determinará tu vida.
*Montse Aparicio (Reus- Catalunya, 1988). Escribe y viaja. Le encanta hacer preguntas, quizás por eso estudió periodismo. Firme creyente de que el capitalismo te hace creer que eres lo que trabajas y el patriarcado que eres lo que follas. Polifacética; masajista, cocinera, comunicadora, escritora… y persona. Enamorada de la radio y los libros. Su premisa es ser el cambio que se quiere ver en el mundo. Feminista. Vegana.
Blog: vivoenvivo.wordpress.com
Contáctala en Twitter: @mapaparicio / Instagram: @mapaparicio
**Los derechos de la ilustración son de María María Acha Kutscher.
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Gracias por compartir en breves palabras lo que tantas veces nos ha pasado.
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