Por Esthela Sarahí Puga García*
Una rosa marchita,
Una cama hilada con sangre,
Un corazón que no palpita,
Un montón de ciegos voluntarios.
Voces que se levantan
que nunca volverán a callar,
mentes abiertas y conscientes
que marchan por el derecho a elegir.
Sin acusaciones,
sin más señalamientos
se mató al gran pecado
porque los fundamentos de la moral son obsoletos.
Esthela Sarahí Puga García, 24 años. Originaria de Ciudad Obregón, Sonora, México. Norteña de nacimiento, chilanga por convicción. Estudiante de la licenciatura en Letras Hispánicas en la Universidad Autónoma Metropolitana unidad Iztapalapa.
“En mi escritura lo tradicional se pierde, mis musas nacen del absurdo e irónico contexto social, al igual que la forma poco convencional que he aprehendido para lidiar con esta dupla y no morir en el intento, me entusiasma la libertad que este arte me ofrece al momento de transmitir mi experiencia volcada en ácidos versos, cuentos indecentes y risas burlonas.”
Twitter: @sarahipuga94
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