Por: Ana Gabriela Montiel García*
«Te vas a quedar sola», es una frase común que ha servido como forma de control sobre nosotras las mujeres, castigando comportamientos que no corresponden con el rol que se nos impone en la sociedad.
Es importante que las mujeres construyamos nuestros círculos de una forma saludable , que seamos amigas de verdad, que seamos aliadas, que estemos unidas en la lucha de nuestra propia libertad.
Bien lo dice Shinoda Bolen:
Cuando somos aceptados y se nos permite ser auténticos, es posible tener autoestima y autenticidad al mismo tiempo. Esto solo se llega a desarrollar si las reacciones de las personas que nos importan nos animan en vez de descorazonarnos, cuando somos espontáneos y sinceros, o cuando estamos absortos en aquello que nos produce felicidad.
¿Qué pasa cuando nuestras madres o amigas suelen decir cosas como estas, cuando nos condenan como el resto por no hacer lo que nuestro rol de «mujeres» espera de nosotras?¿Qué pasa cuando nos dicen «te vas a quedar sola» por ser feminista, por marchar , por pelear, por demostrar que sólo nosotras somos dueñas de nuestro cuerpo, por vestir como queremos (a pesar de que aún existan miedos y prejuicios dentro de nosotras ), por dejar una relación de años que ya no era saludable ni productiva, por tener 30 años y no estar casada, por no tener hijos, por viajar , por leer mucho , por debatir, por alejarse de amistades improductivas y poco saludables , por decir lo que pensamos … etc?
Es importante que vayamos a la raíz de todos nuestros comportamientos , emociones y sentimientos, es ahí en donde se concibe la revolución, los cambios se vuelven viables y la compasión se hace importante para apaciguar la ira que resulta de una decepción.
Es importante comprender a las compañeras que aún no están en la lucha , porque incluso nosotras en algún momento tampoco estuvimos.
Es duro darse cuenta y soltar el séquito de validaciones que nos sostenían equivocadamente , la validación machista que nos hacía sentir «seguras» , confiadas en que estábamos en lo correcto aunque en el fondo estuviéramos conformándonos con un breve espacio para tener un poco de libertad. Seamos sororas, pero pongamos límites, entendamos a las que aún no se han sumado, no les cerremos la puerta , quizá en algún momento ellas también se den cuenta y quieran comenzar a luchar.
¡No necesitamos ser amigas para ser aliadas!
*Ana Gabriela Montiel García es psicóloga de profesión, Community Manager y creativa en procesos de producción teatral, musical y audiovisual.
Estudió Psicología en la Facultad de Estudios Superiores Iztacala (FESI- UNAM). Ha participado como ponente en diferentes proyectos y talleres de Desarrollo Humano impartidos en la DGIRE (UNAM), FES Acatlán, Instituto de la Mujer de Atizapán de Zaragoza, y el Instituto de la Juventud de Atizapán de Zaragoza.
Ha participado en proyectos artísticos como actriz y dramaturga en montajes teatrales (UNAM) y TarotPlane con presentaciones en foros nacionales como el Museo Nacional de San Carlos, Museo de la Caricatura, Centro Cultural El Rule, Casa Estudio Diego Rivera y Frida Kahlo, Muestra Estatal de Teatro; e internacionales como el Festival Internacional de Teatro Universitario (Costa Rica).
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Podemos también crear comunidades para vivir. Aquí alojo un texto que describe unas comunidades feministas, ecologistas, autosuficientes, autogestionadas y laicas. manifiestoisterico/wordpress.com
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