Por: Jovieliz Vega*
Me atreví a desnudar mi vida delante de mis versos porque me cansé de leer tus falsos cuentos. Descubrí que soy poesía y que entre tus historias, YO no me leo.
Descubrí que no soy una flor, pero puedo marchitarme dentro de tu silencio y la soledad que ahoga mi corazón.
Descubrí que no soy mar, pero a tu lado mis pensamientos son como olas que vienen y van y parecen no tener rumbo fijo, si no logran escapar.
Descubrí que no soy sol, pero puedo calentar los ríos que brotan desde el alma cuando estás ausente en mis rincones de pasión.
Descubrí que no soy un ave, pero tampoco deseo enjaular mi vida junto a la tuya, que construí mi mundo; sin puertas y sin llaves.
Descubrí que no soy el viento, pero quien no camine a mi lado e intente detener mi rumbo, puede quedarse sin mí y sin aliento.
Descubrí que soy suelo fértil; que todo lo que necesito crece dentro mí, que sigo siendo YO sin ti; que todo lo que siembro en mí crece para mí y todos los que me rodean; que mis raíces -LAS MÍAS- son fuertes y permanecen.
Entre tanto descubrimiento, una cosa me ha quedado clara, no eres tú, soy YO, la dueña de mis pasos. Soy la autora de mis poemas, de mi vida, de mis triunfos y fracasos. En mi vida, yo creo mis rimas y construyo mis versos porque de los buenos cuentos, tú eres el experto.