Por: Sandra Villanueva Llanos*
Fotografía: Lobotomía Márquez**
El asesino de almas sabía bien su estrategia, él no levantaba sus
manos para no dejar huella en mi cuerpo, su retórica era más
peligrosa que sus puños, es como un maestro o un gurú que
mejora sus técnicas cada día para ir sacando de mi cuerpo eso que
llaman alma y aún me mantiene viva.
Parece un caballero o un inocente anciano, pero es como un
parásito que carcome mis sueños y el hálito de vida que me queda.
El asesino de almas se coronó como tal,
hoy decidí cortar el hilo que nos une,
hoy partí al infierno o a las nubes.

*Sandra Mabel Villanueva Llanos. Nació en Valparaíso de Chile, tiene 56 años y ama la literatura desde niña. A los 13 años ganó un concurso nacional con un ensayo. Posteriormente, a los 16 años de edad publicó su primer poema en la revista El Columpio de la Universidad Católica del Norte. Siendo ya adulta participó en talleres literarios donde publicó en dos antologías. Actualmente es parte del taller del escritor Martin Faunes Amigo.
Instagram: @sandra.villanueva.505

**Lobotomía Márquez
Troglodita y Autodidacta
lobotomiamarquez@gmail.com
Nota editorial: Este texto es una colaboración de escritura, ilustración y traducción para visibilizar lo que desde las diversas experiencias y saberes feministas se puede hacer. Además se tejen alianzas y acercan talentos que la comunidad feminista tiene para visibilizar y empoderar a las mujeres que escriben, ilustran y por diversos formatos, crean.
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