Por: Jovy Vega
No es capricho, no es que queremos andar sueltas, promiscuas y lujuriosas.
No se trata de un mosco ideológico que nos pica por temporadas.
Es tu machismo, maldito y aparentemente perpetuo que no comprende.
Y que pretende encerrar una llama que ya está encendida.
Es que la vida marcó a una “Laura” que su abuelo dijo que la amaba y esa niña tuvo que ser madre porque tú no entendiste.
Hablemos de “Sandra” que su padre dijo que la cuidaría y hoy parió a su hijo-hermano porque tú no entendiste.
¡Qué me dices de “Beatriz”! En las noches su primo le decía que no hablara y hoy, una niña dio en adopción a un niño porque tú no entendiste.
Detrás de cada “nombre” hay una historia real, una de tantas que tienen que cumplir con estándares sociales porque así debemos ser las mujeres: sumisas, calladas y tolerantes.
¡Por qué debemos tolerar la injusticia! Hoy se levantan las mujeres en cada nación, un solo grito y no por capricho.
Gritan por las que tienen nombre, pero nadie las conoce,
por las que no están y les borraron sus nombres,
por las presentes y por las que vendrán para que entiendas que no hay vuelta.
Aunque todavía tu mosco perpetuo y machista no te permita razonar,
Nuestro cuerpo seguirá siendo nuestro y eso no lo podrás cambiar.
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