El discurso religioso objetiviza a la mujer buena y sataniza a la mujer sexuada y pensante

Por: María Fernanda Zuñiga Rivera*

El siguiente texto reflexiona cómo el discurso religioso juega un papel sumamente importante para la objetivización de la mujer, partiendo de las lecturas que comúnmente se ha hecho de la Biblia. Para enriquecer la discusión y encontrar otras lecturas sobre el rol de la mujer, se retomaron trabajos teóricos de Simone de Beauvoir, Sigmund Freud y Monique Dumais.

La religión en México tiene un lugar fundamental en la vida diaria; como institución y como forma de control. El control deviene del poder que se le otorgó y se le sigue otorgando hoy en día a nivel público. “La religión ha sido uno de los principales instrumentos para organizar el control social de los cuerpos y especialmente de los cuerpos de las mujeres.” (Vázquez, 2009)

La religión, para algunas clases sociales, (casi siempre la clase media y baja) es la escuela fundamental de vida, la escolaridad básica. Desde temprana edad somos educadas por las normativas socialmente aceptadas, pero sobre todo por la moral socialmente aceptada. 

Dependiendo de las creencias religiosas que tengan en las familias, a los niños se les bautiza y en un futuro se les hace ir al catequismo, donde se les enseñará «la palabra de Dios», mejor dicho, la interpretación de “la palabra de Dios.”

Para comenzar, a los niños se les enseña el cómo Dios creó al mundo y después el cómo creo al hombre, siendo aquí punto clave para las interpretaciones que jugarán un papel importante en el futuro de la mujer. 

Pero antes de continuar con las interpretaciones religiosas y el seguimiento que se le da con el discurso, se tiene que tener en claro que una de las principales (si no es que la más fundamental) bases para la creación de modales, y valores ha sido la Iglesia; siempre a través de ejemplificaciones con deidades mencionadas en la Biblia.

Desde la conquista de la Nueva España, se hace un cambio de paradigma, existiendo así un cambio radical de cosmovisiones. Con la aparición de la nueva religión (católica) se da el cambio y replanteamiento de las ideologías, dejando atrás la veneración de Diosas para ahora la veneración de divinidades masculinas. Fue así en el que todo se reconfiguró para ver y entender el mundo a través de los ojos del varón. 

 La pecadora y la santa, Eva y María. Las dos mujeres con las cuales se hace la tradición de la historia de la mujer, siendo siempre contada en blancos y negros y no como escala de grises. Eres puta o te das a “respetar”. 

El discurso de la mujer comienza desde la anécdota de “Dios creó al hombre a su imagen y semejanza» entendiendo y enseñando que se refiere al hombre solo al sexo masculino, dejando en segundo plano a la mujer. Es así como la mujer no puede existir sin el hombre, ya que “la mujer fue creada a partir de la costilla del hombre”. Se empieza a crear la idea de que sin hombre no podría haber mujer y se hace una dependencia directa entre ambos sexos. “Lo femenino haya sido extraído de lo masculino ha sido entendido y explicado frecuentemente como señal de dependencia, subordinación de inferioridad, de la mujer respecto del hombre.” (Dumais, 1987). Así, es como una cultura crece con la idea de inferioridad y dependencia para con el hombre.

Después, se pasa a enseñar la anécdota del pecado, de la expulsión del Paraíso, teniendo siempre en el discurso personajes antagónicos, enseñando que Eva es quien habló con la serpiente y cae ante la seducción de esta; desobedece a Dios y prueba el fruto prohibido, no sin antes de convencer a Adan que también lo hiciera. Se crea una imagen terrible de la mujer, enseñando y satanizandola como la “culpable” por la que Dios los exilió del Paraíso. “las mujeres fueron representadas como insidiosas, incitadoras, cuyo objetivo principal en la vida era el de seducir a los hombres ingenuos y entregarlos a Satán.” (Duby & Perrot, 1993. 86)

Dependencia y juicio, características que se le otorgan a la mujer con tan solo dos parábolas mencionadas, pero que estas implicarán la carga que millones de generaciones tendrán que sostener en sus hombros gracias al cómo están contadas. 

Como anteriormente se mencionó, el discurso religioso se mueve en blancos y negros, siendo Eva el negro y para tener el contraste se narra un ejemplo a seguir y así limpiar la “impureza” creada por ella.  La virgen María, madre de Dios. 

La virgen María es la deidad característica de pureza, sea relacionada por su virginidad, ser madre de Jesús, o por ser la mujer que le dejó al señor hacer su voluntad. A través del espiritu santo.

Desde la imagen de María se ha creado un “modelo” de mujer en la vida religiosa católica, teniendo como modelo la virginidad, ser sumisa, parir a un hombre, serle siempre fiel a José y vivir sin caer en tentaciones, siendo este punto el más importante para servir como contraste a Eva. 

Teniendo ya el contraste (Eva y María) surge una de las mayores preocupaciones y prejuicios hacia la mujer: El sexo. ¿Pero por qué es una preocupación? Pareciese que todas las preguntas acerca de todo pueden ser respondidas desde la narrativa religiosa. 

Retomando el tema principal, la narrativa religiosa, se deja en claro que la creación de la mujer fue para que el hombre pudiera reproducirse, siendo desde esa primera instancia objetivizada como sólo herramienta del hombre y para el hombre. Productoras de vida y goce para el marido, claro, sin dejar desatender los quehaceres de la casa. Esa son las cualidades que tendría la mujer ideal en la narrativa de la religión. 

La fecundidad de la mujer es necesaria, a tal magnitud que la mujer que es infértil no sirve como mujer, siendo la maternidad la única forma en la que las mujeres se podían convertir en alguien, antes de eso solo eran algo más en la tierra.

“Todas las alabanzas eran para la mujer que llenaba la casa de niños, servía a su marido y a sus huéspedes en silencio.” (Dumais, 1987)

Enlazando los puntos anteriores, toda la historia de las mujeres, (según el discurso religioso) se mueve en torno a absolutos, siendo estos blancos y negros, obligando y encasillando a la mujer a seguir ciegamente patrones morales absolutos impuestos por la religión, pero ejercidos por la sociedad, dejando casi o totalmente en el olvido el cuestionamiento de la carga ideológica y moral que se tiene dentro y por el sexo femenino.

Se debería reflexionar más el mensaje que se está creando y se enseña a las nuevas generaciones, para así no tener siempre como base a mujeres antagónicas y hombres con superioridad. Enseñar que las verdaderas mujeres se mueven en la escala de grises, y que en cada una se encuentra la curiosidad de Eva pero la bondad y corazón de María. 

Dejar de satanizar a la mujer y permitirle ser, darle libertad de explorar su sexualidad sin encacillarla y juzgarla como hija de Eva. Permitirle a la mujer moverse en su escala de grises, y no definirla por pequeñas acciones vinculadas a blancos o negros. 

Ver a la mujer a través de la mujer; ver a María desde la perspectiva de Eva y viceversa, entendiendo que la moralidad es circunstancial y no absoluta. Empezar a ver el mundo a través de fragmentos y así entender que María puede estar hecha de la costilla de Eva, y Eva puede ser parida por María. 

La mujer es más que una pecadora y divinidad, la mujer va más allá de lo establecido, pero no se le ha permitido generar su propio discurso para en el encontrarse y autonombrarse. “El erotismo de la mujer es mucho más complejo  refleja la complejidad de la situación femenina.” (Beauvoir) 

Bibliografía 

Castilla Vázquez, Carmen (2009). Eso no de hace, eso no se toca de eso no se habla. La desigualdad de género en las religiones. Gazeta de Antropología. 25 (2) 

Rescatado de: http://www.ugr.es/~pwlac/G25_40Carmen_Castilla_Vazquez.html 

De Beauvoir, Simone El Segundo sexo. La experiencia vivida. Buenos Aires, Argentina. Siglo Veinte.

Duby, Georges, & Perrot Michelle. (1993) Historia de las mujeres en Occidente. México, DF, Taurus. Tomo 5

Dumais, Monique (1987) Las mujeres en la Biblia. Montreal, Ediciones Paulinas.

foto*Soy María Fernanda Zuñiga Rivera, nací en el Estado de México en Naucalpan de Juárez en 1998. Estudio la carrera de comunicaciones en la Universidad Iberoamericana desde 2017. El primer libro que me conmovió al borde de las lagrimas fue Historia del rey transparente de Rosa Montero. Libro que trata de la historia de una mujer que está en la busca de si misma. Rosa Montero fue un parteaguas en mi vida y sentir feminista. Con los años los personajes e historias de mujeres fueron apareciendo en mi vida, por ejemplo, Carlota en Noticias del Imperio de Fernando del Paso. La Carlota de Fernando es sumamente sublime y llena de energía y fuerza, pero también locura, amor y odio. Aprendía leer a la mujer a través de mujeres, y así aprender a leerme. 

Procedo de una familia machista, lo mencionó para contextualizar mi pensar y mi necesidad por hacerme valer; busco en el discurso de las mujeres mi propia libertad. 

“No se nace mujer, se llega a serlo” 

-Simone de Beavoir. 

La imagen que acompaña este texto es creación del pintor italiano Roberto Ferri.

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