Música e identidad cuir

*Por Valeria Sadik

Este artículo va de cómo toda la música ha ido metiéndose en mi piel, conformando lo que es mi identidad como bollera, como cuir. Vamos a ello.

Sonaba 1996 cuando el mundo me vio nacer. Mis padres y la genética, me otorgaron dos orejas con las que poder soñar. Desde entonces una jóvena como yo de una ciudad de Andalucía, empezó sus andanzas en el mar de las sexualidades, los porqués y las confusiones…

La música para mí, hija predilecta del movimiento hip-hop, comenzó en un mundo musicalmente gobernado por hombres cis heterosexuales, con letras marcadas por un ritmo machista, al sonido del tempo: Doble V, Mucho Muchacho, arma blanca. Pero también estaban las otras: Gabylonia, La Mala: «Tengo un trato lo mio pa mi saco». Sin olvidarnos de Ana, Gata Cattana: que sea eterno su legado.

Hacer memoria, es recordar(me) con 13 años mi primer poster de Katy Perry, tan guapa ella, cuando entonaba I Kiss a Girl, sintiéndome muy identificada con ella, aunque yo no lo hubiera hecho, ni se me hubiera pasado aún por la cabeza. Eso es la música: las canciones nos permiten decir lo que no puede ser hablado. También es recordar la mítica All the things she said, de las TAtu, y mi desilusión con el paso del tiempo al enterarme que no eran bolleras de verdad, todo un montaje, puro marketing. Estos eran mis pequeños referentes, cuando yo aún no me identificaba como bollera y nadaba en la bisexualidad.

Sin embargo, mi barco-cuir musical zarpa cuando vuelvo de Brighton en 2019. Cuando entiendo que ser bollera no era solo besar, chupar, amar y llorar. Cuando la identidad política se fusiona con mi ser, cuando empiezo a identificarme con ser bollera y, más que serlo vivirlo y demostrarlo, la visibilidad como forma de luchar por ello. Cuando no me da vergüenza expresarlo con mis padres, ni hacer bromas de ello. Es entonces cuando acepto la pluma de las demás y la mía propia. Cuando me deja de regir una exuberante feminidad en todo lo que digo, hago, pienso y padezco.

En el principio: Destaco el videoclip, Pass this On, del dúo sueco The Knife (2003), canción que aparece en la película de Xavier Dollan Laurence Anyways, que marca un antes y después en la comunidad trans. El videoclip lo performa una Drag Queen, ante un público ojiplático que finalmente se lanza a bailar con ella. Esta es, sin lugar a dudas una de mis canciones favoritas para salir de noche y bailar.

Seguimos: Comienzo a escuchar King Princess, (gracias algoritmo de Youtube). Elle se identifica con género no binario, tiene un LP Make my Bed y todo un álbum dirigido al amor Queer. De este álbum voy a destacar 1950, canción que habla  de lo que es ser lesbiana en los años 50, o Talia que habla de cómo lidiar con una ruptura amorosa. Su último lanzamiento Only Time Makes Human,  tras haber lanzado Cheap Queen, es un tema con toques house donde evoca sus recuerdos de su último amor. Como puedemos ver, hasta ahora su trayectoria es puramente romántica, pero yo no me escondo y confieso que  canto hasta debajo de la ducha todos los sus temas.

Volando: aterrizo en Noruega, donde nos encontramos con Girl in Red, una cantante con un estilo mucho más rockero y yo diría que menos comercial. En oh hannah i wanna be your girlfriend, entona una historia sobre dos amigas, claro una está enamorada de la otra. Cantándola a pulmón abierto rememora aquellos años donde mi amor se lo  daba a mujeres armarizadas y con lesbofobia interiorizada. Estas historias me hicieron pasar con más pena que gloria los primeros acercamientos al “amor”, la “aceptación” y toda la terapia que ello conllevó.

Ahora: Pongo la dirección en referentes de España o más conocidas aquí en el mundillo bollo espanish: Eddi Circa y Raxe1, estas hermanas gemelas tienen un estilo marcado primordialmente por unas letras directas, fuertes, sin pelos en la lengua, transgresoras en su propio género inventado. Me recuerdo a mí misma cantando “Que bien te quedan esos leggins, en ese culo de boticcelli.”, canción dedicada por una antigua compañera de travesía. O “de la olla, arena y romero”, canción que se me clava como puñal en el pecho, poniéndole las notas a aquel sufrimiento de 2016. Y el broche final: “Fanática de lo heteresexual”, canción con la melodía de Plan B y palmas de rumba, para bailarla y cantarla con las amigas. Es tan fácil identificarse con ella, todas tenemos una historia similar en este mundo heteronormativo.

Y antes de terminar, no me quiero olvidar de SOPHIE, dj trans, nacida en Escocia quien falleció el día 30 de enero de este año. Gran influencia en la música actual, en segundo plano, le escribió temas a Lady Gaga, Madonna o Charli XCX. Estos dos últimos estuvo muy presente en la escena electrónica pinchando experimental con toques de techno-acid y trance. SOPHIE es sin lugar a dudas, un referente súper importante para la comunidad, pocas djs trans son reconocidas a día de hoy. Querida, Nunca te olvidaremos. Descansa en paz. Dejo mi recomendación, de una sesión suya con sus propias producciones: https://www.youtube.com/watch?v=xXPSe57pOss

Haciendo recopilación de todo lo que está saliendo ahora y lo que está por venir, es evidente que la censura en lo Cuir (por lo menos en Europa y EEUU), está pasando a otro espectro, viendo como las nueva generaciones hacen arte sin tener que esconderse. Veo prometedor que numerosas personas le estén poniendo voz y forma a la comunidad LGTBI+ que hemos existido desde siempre: desde que el mundo es mundo y Safo escribía poemas a sus alumnas.

Valeria Sadik es sociológa frustrada, programadora en prácticas y melómana cervecera.

** La imagen que acompaña el texto es el mural colaborativo en homenaje a Gata Cattana en Granda, España.