Las estadísticas señalan que en Reino Unido, cada semana dos mujeres mueren a manos de sus parejas o ex parejas, siendo casos de violencia doméstica en su mayoría. Si en América Latina esta es una grave realidad, mujeres en contextos migratorios no son la excepción.
Desde el 2000, la migración de latinoamericanos a Reino Unido se ha incrementado notablemente. Un 60% de esta población reside en Londres y en sus alrededores, y la mitad identifica su origen étnico como ‘otro blanco’. Dos terceras partes, tienen menos de 40 años y se encuentran en edad de trabajar. En su mayoría, la población latinoamericana migrante cuenta con educación universitaria, pero de 1 a 5 de esos profesionales, no saben hablar inglés o no lo hablan bien. El lenguaje es uno de los obstáculos más fuertes, dentro de nuestra comunidad, para conseguir un empleo que cumpla con las expectativas, más allá de prestar servicios en el sector de la limpieza, la construcción, los cuidados y trabajo doméstico. Casi una tercera parte tiene un pasaporte del Reino Unido y otra quinta parte, tiene un pasaporte de la Unión Europea. El 70% vive alquilando a particulares, a la vez que gestionan servicios públicos sin que sea una garantía acceder a ellos. Así, nuestra comunidad engrosa una de las poblaciones con más retos para hacer vida estable y segura en este país.
En este contexto, ¿qué pasa con las mujeres, adolescentes y niñas? Al llegar a Reino Unido, muchas enfrentan los retos de adaptación cultural y el aprendizaje de una nueva lengua. Muchas de ellas están envueltas en relaciones afectivas, familiares y de pareja con dependencia emocional, económica, experimentando violencia doméstica, abuso laboral, relaciones sociales e íntimas de dependencia emocional, o condiciones precarias de vida. Aunque busquen encontrarse seguras y salvas en su integridad, a veces se aíslan o no hablan de estas realidades por temor a la exclusión o a ser juzgadas por la gente de su alrededor, por lo que su prioridad no es la integración comunitaria sino trabajar, aunque sea en condiciones precarias y de explotación, con la idea de salir adelante.
Las niñas, adolescentes y mujeres jóvenes también tienen sus propios retos. Algunas de ellas viven el impacto migratorio en sus emociones. Pueden experimentar la ilusión que supone vivir en un país con una cultura y lengua diferentes, pero en su proceso de integración, pueden sentirse o verse expuestas a sentir enojo o aislamiento. Enojo si la decisión de migrar fue acordada entre sus parientes o tutores sintiendo que fueron forzadas a migrar; un sentimiento de desamparo puede invadirles, llegando a la indiferencia y aislamiento en su propio entorno familiar. Si viven en contextos de violencia doméstica, las niñas y adolescentes se sienten en una posición incómoda de ser mediadoras entre sus padres, totalmente ignoradas y también vivir esa violencia. También puede suceder que si los padres no viven juntos, sustituir la ausencia con regalos y premios es muy común. Esos entornos familiares y sociales llevan a pensar que no hay certezas hacia futuro, y por lo tanto las inseguridades no ayudan a mantenerse a salvo y seguras.
Latin American Women’s Aid, LAWA, es una organización sin fines de lucro que desde hace 30 años es liderada por mujeres latinoamericanas, afrodescendientes y de otras minorías étnicas (mujeres de color, como dicen en Reino Unido), y apoya a mujeres de nuestra comunidad para salir de la violencia doméstica y otras formas de violencia basadas en el género que se dan en contextos migratorios, como lo ha señalado tanto la prensa nacional como internacional.
Es una organización de base social y pequeña que, como muchos espacios comunitarios, hace frente a las políticas conservadoras de recortes a los servicios públicos a mujeres de color; LAWA está haciendo todo lo posible para sobrevivir y seguir acompañando a mujeres y niñas en el camino de la autonomía. Es la única organización latinoamericana que tiene un Refugio para las mujeres de nuestra comunidad que han decidido salir de la violencia doméstica y continuar su vida con otras alternativas. Dos años atrás lanzaron una campaña para salvar el Refugio, y hoy todavía sigue la lucha por conservarlo. Algunas mujeres que pudieron cambiar su vida gracias al apoyo que recibieron en el Refugio de LAWA, fueron parte de esta campaña.
La forma de intervención de LAWA es desde el feminismo interseccional y negro. Es decir, para acompañar a mujeres que han experimentado violencia doméstica o de género, considera las múltiples aristas identitarias que exponen a las mujeres de nuestra comunidad a vivir una serie de exclusiones, sin embargo, no es bajo un discurso paternalista; todo lo contrario, esa reflexión es para reconocer aquellos elementos que también empoderan, dignifican y llevan a tomar el control de sí mismas. Es por ello que impulsa otros proyectos como Mujeres tejiendo el cambio (Change Makers Programme) donde dos veces por semana, latinoamericanas y afrodescendientes se reúnen para compartir saberes y experiencias en temas relacionados a la justicia social, la justicia de género y ética feminista desde diversos tópicos. Es un espacio permanente de reflexión que da vida a formas de accionar el cambio.

Hoy, tú puedes apoyar a que LAWA continúe con su trabajo apoyando su campaña de recolección de fondos, «Creando espacios y un futuro seguros para mujeres» en el siguiente enlace bit.ly/womenlawa para que mujeres latinoamericanas al llegar a Londres, sientan que no están solas, que hay respuestas y alternativas a toda forma de violencia, y sobre todo, que estos servicios se proporcionan en español y portugués. Todo lo que dones hoy entre las 2:00pm. y 9:00pm. Se va a multiplicar al 50%.
Si quieres conocer más del trabajo de LAWA, puedes seguirle en: http://lawadv.org.uk/es/
https://www.facebook.com/LatinAmericanWomensAid/ y @LAWALondon.
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La información basada en estadísticas sobre la población latinoamericana en Londres, puede verse en el siguiente link: https://www.trustforlondon.org.uk/wp-content/uploads/2016/07/Towards-Visibility-full-report.pdf