Por Patricia J. Dorantes*
Por no querer mirar hacia otro lado ante la palpitante injusticia.
Por negarse a que violentaran tu cuerpo manos impregnadas de odio.
Por rehusarte a esconder tu tez morena detrás de gruesas capas de maquillaje.
Por sentirte orgullosa de tus logros y lo mucho que te costó alcanzarlos.
Por querer ser mucho más que la muñeca de trapo con la que él siempre fantaseó.
Por saber que tú no eres el fantasma ni la sombra de otra persona.
Por no aceptar vender tu conciencia a cambio de un río de promesas vacías.
Se atrevieron a tratar de restarle valor a cada una de tus valientes palabras.
Te dijeron que tú sola no serías capaz de lograr nada en toda tu vida.
Te señalaron por salirte del añejo molde impuesto a las personas de tu género.
Intentaron forzarte a hacer cosas que van en contra de tu dignidad humana.
Levantaron furiosos un puño lleno de odio contra la luz que de tu ser emana.
Lastimaron aún más tu herida confianza en la bondad del ser humano.
Intentaron convertirte en una voz más acallada a golpes de indiferencia.
Todo ese caudal de amargura ajena casi logró fatigar a tu corazón de guerrera…
Y aun así, en el medio de la más larga de las noches, encontraste un motivo.
Era algo aparentemente tan simple, y a la vez, capaz de sacudir al planeta…
Hablar, para comenzar a sanar cada una de las heridas de tu alma
Contar tu historia, para que ninguna vuelva a pasar por lo mismo que tú.
Sabes que cada tormenta empieza con una pequeña gota de agua…
*Patricia Dorantes nació en la ciudad de México en noviembre de 1989. Sus relatos breves y poemas han sido publicados en diversios fanzines y antologías literarias de América Latina y España.
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