Este año, diversas actividades de conmemoración sobre la Revolución Rusa suceden alrededor del mundo. El revisionismo histórico y las narrativas marxistas sobre la historia del comunismo se ponen en cuestión, sobre todo porque al caer la Guerra Fría simbólicamente con el Muro de Berlín, historias desde las minorías y de otros grupos que fueron silenciados de los relatos históricos, dan un punto de vista distinto. Y aquí las novelas históricas están jugando un papel importante para mostrar los diversos rostros del comunismo, sus apuestas y excesos.
Dentro de las novelas históricas escritas por mujeres sobre mujeres acerca del comunismo, el socialismo o el anarquismo del siglo XX, me tope con un libro que tuve la oportunidad de ver su proceso y finalmente su publicación. Me refiero al libro de la escritora y teóloga mexicana Maritza Macín, La falsa esposa. Creo que este año vale la pena acercarse a esta obra por la información que nos ofrece para pensar desde México y desde la voz de mujeres las apuestas comunistas. Aquí la reseña.
Natalia Sedova, comunista ucraniana y esposa de León Trotsky; Caridad Mercader, miliciana catalana y agente de los servicios secretos soviéticos, y Sylvia Ageloff, neoyorkina trotskista de origen judío, a lo largo de La falsa esposa (México, Praxis, 2014) van narrando sus procesos personales de ser mujeres cosmopolitas, libres, independientes, con claridad en sus apuestas políticas, amores, pasiones; pero también acechadas por las dudas y complicidades que experimentan en un mundo en guerra. Si bien las tres viven de manera directa o indirecta el asesinato de León Trotsky, la novela en voz de cada una de estas mujeres, reconstruye las primeras cuatro décadas del siglo XX: el impacto de la Revolución de octubre en Rusia, las ideas comunistas y la construcción de redes entre intelectuales, artistas, políticos y militantes en New York, Francia, España y México; los medios escritos, las claves y los viajeros que hicieron posible el exilio de Trotsky, Natalia y su nieto a la villa de Coyoacán en México; la organización, la propaganda, el reclutamiento y los planes frustrados para matar a Trotsky e intentar un plan maestro repleto de secretos y sorpresas.
Ambientada en las grandes capitales de la cultura y el pensamiento, México destaca. En la década de los treinta se rumoraba que México era un país de brazos abiertos no sólo para políticos de talla internacional, sino también por permitir la disidencia política. De tal forma que algunos españoles huyendo de la Segunda Guerra Mundial y como consecuencia de la Guerra Civil en España, no dudaron en ganar simpatía entre los mexicanos. Pero también era el momento en que las ideas corrían y los internacionalistas abrazaban el aire de época. Fueron estos los factores que Maritza Macín tuvo en mente al ambientar La falsa esposa.

Estas tres mujeres comparten un destino personificado en dos hombres: León Trostky y Ramón Mercader, su asesino. Natalia, siendo esposa de aquel líder revolucionario supo ser su compañía en toda travesía; mesurada en sus comportamientos nunca dejó de creer en la Revolución aun cuando Stalin profanó el comunismo. Desde su exilio en México, no perdió contacto con la realidad y supo hacerse de íntimos que salvaguardaran la vida de su amado. Aun así, logró sospechar del posible asesino que ya se paseaba por la casa de Coyoacán, y al final, en un abrir y cerrar los ojos, lo temido pasó. Por su parte, Caridad logró preparar a su hijo para la encomienda que el destino le aguardaba: transcender en la historia como un héroe de la causa estalinista y ser recordado por siempre como servidor de la Unión Soviética. Los fines no importaron a Caridad al entrenar a Ramón. Había que buscar un medio por el cual un hombre bello, interesante e inteligente lograra llegar hasta el círculo más íntimo de Trostky, sin sospechar. Sylvia, mujer de mundo, inquieta y crédula logró ser seducida por un hombre que prometió amor eterno después de que lograra su divorcio. Dicho apuesto hombre constantemente se ausentaba, generando dudas y silencios en el amor de Angeloff. Aprovechando las redes, recursos y confiabilidad que Sylvia obtuvo del matrimonio exiliado, su amado pronto se convirtió en noticia mundial.
Pocas son las novelas históricas que logran reconstruir una época histórica caracterizada por grandes convulsiones políticas narrando en paralelo una gran historia de amor, sin excederse en clímax sexuales. El asunto se vuelve complejo si al mismo tiempo se van entretejiendo trayectorias y vidas situadas en distintos lugares y ciudades sin que unas sean los centros y otras las periferias. Gran parte del mérito de La falsa esposa es que la autora logra reconstruir históricamente, fiel a la época y al momento, a una gama de personajes de la historia universal del siglo XX, lo mismo que personajes secundarios, casuales. No hay juicios, hay acercamientos a las acciones y pasiones que movieron a creer, luchar, morir y reconstruir la vida cuando ser mujer y hacer política todavía no era común.
Pueden ser varias las lecturas derivadas de esta novela. Al ir leyéndola, no dudé en pensar en Almudena Grandes o Doris Lessing. Ambas autoras, ambientan sus novelas en contextos de guerra –Grandes en la Guerra civil española y el ascenso del franquismo, y Lessing en la Gran Guerra– y lograr a través de historias de mujeres abrirnos un mundo a las militancias, las distancias y las decepciones de las ideologías comunistas. Es por ello que con La falsa esposa Maritza Macín logra una novela para un público más allá del hispanoparlante. Con esta primera novela Macín entra por la puerta grande en la narrativa contemporánea. Su conocimiento y experiencia personal como comunista y mujer que vivió los efectos de una izquierda mexicana desgastada anclada en las utopías comunistas, Macín echó mano de todo ese bagaje al construir a cada personaje, a cada protagonista y a cada una la dota de una particular personalidad, pero al fin, mujeres de su época portadoras de luchas y esperanzas.
Me gusta mucho esta novela: su estructura, su narrativa, su ambientación y personajes. Es una novela histórica y política en donde tres mujeres distintas y a la vez contemporáneas comparten un objetivo político común, y Maritza logra poner en el centro de la trama que no existen las uniformidades ideológicas y políticas. Ante un hecho inesperado, como la muerte de Trostky, estas tres mujeres deben tomar el destino en sus propias manos. Del activismo y la militancia se puede pasar al desencanto y a un autoexilio personal introspectivo, como fue la suerte de Sylvia; del combate y la pasión por la lucha tiranicida, a vivir de recuerdos e ilusiones que alimentan la soledad, según el caso de Caridad, o como Natalia que inmortalizó su vida al lado de quien fue uno de los principales ideólogos del comunismo puro.
*La falsa esposa se debutó en el Palacio de Bellas Artes en la ciudad de México el 20 de enero de 2016 (http://www.mexicoescultura.com/actividad/123323#.VLg5zSuG8QU). Esta primera novela le hizo ser a Maritza Macín acreedora del Premio Bellas Artes “Juan Rulfo” para Primera Novela 2011.
Para saber más de la novela: http://www.editorialpraxis.com/index.php?option=com_virtuemart&page=shop.product_details&flypage=flypage_new.tpl&product_id=777&Itemid=28