Pacifista, pastora y afrocolombiana

Por: Jael de La Luz *

Desde hace tres años que llegue a Londres, mi amiga Marta Hinestroza, una afrocolombiana que participa en varios colectivos y movimientos sociales a favor de la paz en Colombia, contra la gentrificación y promoviendo la cultura a través del baile regional, me invitó a acompañar parte del proceso que Mujer Diáspora UK realiza con mujeres exiliadas y migrantes que por la violencia en Colombia han hecho de Londres su hogar. Ella como otras mujeres maravillosas que he tenido la oportunidad de conocer, forman parte de este colectivo.

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Mujer Diáspora UK. Foto tomanda de su página de Facebook

En ese espacio facilitado e impulsado desde Conciliation Resources, cada fin de semana mujeres colombianas de diversas edades y trasfondos sociales se reunían a comer sancocho y a tomar café escuchando sus testimonios. En una de esas tardes tuve la oportunidad de escuchar el testimonio de Victoria Mendoza. Como todas las mujeres ahí reunidas, Marta y Victoria son sobrevivientes del conflicto armado en Colombia en la década de los 90´s. Victoria estuvo durante muchos años en El Choco, trabajando en un proyecto comunitario: evitar que el cólera cobrará más vidas entre la población nativa. Poco a poco, junto a su compañera de trabajo, descubrieron una red de trata de niñas indígenas, y en algunos casos, lograron rescatar a pequeñas antes de ir a parar a los prostíbulos más cercanos. Ambas eran vigiladas por la guerrilla y un día cuando buscaban a una pequeña, fueron secuestradas por cuatro noches y cinco días. Esa experiencia dejó a Victoria y a su amiga destrozadas. Por un tiempo largo, ambas guardaron silencio, hasta que Victoria logró salir de Colombia y llegar como refugiada política a Londres por una agencia misionera de corte interdenominacional.

En esa reunión cuando se le preguntó a Victoria qué sería para ella la reparación del daño, ella  contestó que espera el día en que su gente pueda estar segura en su país, disfrutar sus paisajes y que “mi gente sea tratada por lo que sabe, por lo que estudio y no por la meritocracia.” Ese sueño, no es sólo de ella, sino de muchas mujeres que vemos desde lejos como nuestros países sufren las consecuencias de gobiernos que han hecho la guerra su culto y devoción.

En Colombia Victoria era miembro de la Iglesia Bautista y estaba vinculada con Jóvenes con Una Misión (Jocum). Desde pequeña Victoria fue bautista y su familia, del lado paterno, siempre tuvo una vocación pastoral. Estando en Londres, poco a poco Victoria fue sanando su alma; volvió a amar a Colombia y reconocer cuánto le había afectado el conflicto armado. Ella se dio la oportunidad de volver a empezar, como la gran mayoría de nosotras. Volvió a soñar y a recuperar su espiritualidad y siguió su vocación pastoral. Comenzó a buscar su propio espacio y lo encontró en la tradición anglicana. Hoy a sus cincuenta años ella estudia un Master en Teología en Cambridge University y es la primera pastora latinoamericana de origen afro, reconocida por la Iglesia Anglicana de Inglaterra. Cuando la conocí, estaba por ordenarse como pastora.

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Victoria, en entrevista con María Victoria Cristancho para el diario colombiano El Tiempo. 

Cuando tuve la oportunidad de escucharla por primera vez, reconocí algunas tragedias suyas como mías y su dolor, como el mío. Hablando más en corto, nuestra primera referencia fue el libro de la teóloga norteamericana Elisabeth Shüssler Fiorenza, En Memoria de Ella !Qué alegría! Ambas coincidimos en que ese libro cambió nuestra perspectiva de Jesús y de las mujeres en el pensar teológico. Le comenté que en el caso mexicano, las mujeres que conozco en los ámbitos eclesiales protestantes son biblístas y pocas teólogas ( Rebeca Montemayor López, Ángela Trejo, Elsa Tamez, Gabriela Miranda, por ejemplo) y que mis amigas católicas teólogas han tenido la oportunidad de estudiar en Lovaina y que gracias a ellas, Marilú Rojas y Gabriela Juárez Palacios, conocí de ética y cristología feministas a través de los diplomados que ofrecen. Victoria reconoció lo difícil que es ser teóloga en ámbitos tan machistas como las iglesias, y que por eso a los hombres les conviene que las mujeres sean sólo biblistas… Con pasión reflexionamos sobre el pentecostalismo latinoamericanos (mi tradición religiosa) y los pentecostalismos de la diáspora africana acá

Al finalizar mi charla con ella sobre la huella de Schüssler en nuestras vidas, me dijo melancólica: “Sabes que me gusta de ella; qué no tuvo que renunciar, no dejo de ser católica para decir y creer en lo que escribe. Ese es un acto de valor”. Pude percibir en ello un cierto ensimismamiento, como diciéndome: “He dejado de ser bautista para seguir mi sueño de pastora”… Ciertamente, es un acto de valor no renunciar a lo que se cree, pero también, creo yo, es un acto de valor, salir de esos espacios eclesiales que nos alinean, nos niegan la vida y las posibilidades de pensar que Otrx  dixs es posible. Y eso a veces implica autoexiliarse y vagar en la incertidumbre de momento…

Victoria es una de las muchas mujeres que desde Inglaterra buscan la justicia, la verdad y la reparación del daño. Cada vez que asisto a algún evento de Mujer Diáspora UK, el grupo crece y crece, y aunque algunas mujeres han retornado a Colombia o se han ido a España, ellas siguen trabajando para que los acuerdos de paz sean una realidad en su país. Lo increíble Mujer Diáspora UK es que es un espacio donde lo religioso y los político no es el vinculo entre las mujeres que ahí se reúnen, sino hablar de los efectos que el conflicto armado dejó en las memorias, cuerpos y subjetividades. Sin embargo, al escuchar sus diversas historias, ese grupo de mujeres ha reconocido que cada una de ellas tiene una forma de expresar su espiritualidad y esperanza.

Cuando Victoria se ordenó en la Catedral de San Paul, la mayoría del colectivo de Mujer Diáspora UK le acompaño esa tarde. Fue mágico ver que entre casi 30 nuevos pastoras y pastores, Victoria fue la única mujer afrodescendiente. !Qué orgullo y aliento! Esa es una de las experiencias inolvidables en mi vida.

Más adelante, cuando organice un conversatorio sobre Espiritualidad y Resiliencia en LAWA (Latin American Women Aid), organización en la que actualmente laboro con un programa de formación feminista llamado Change Makers, invité a Victoria a compartir su testimonio y a todas nos dejo conmovidas.

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Participación de Victoria en el conservatorio Espiritualidad y Resiliencia dentro del programa Change Makers, LAWA, Londres, septiembre 2017. 

 

Nota: Este post fue publicado originalmente el 15 de mayo de 2016, después de haber estado en las instalaciones de Conciliation Resources, London, en una de las reuniones que tiene el grupo de mujeres de este proyecto, y se ha actualizado para este post.

La foto que encabeza este texto es autoría de Ingrid Ayunkuyen, donde Victoria está junto a Mirta Osorio, otra activista y pacifista de la comunidad colombiana en Londres; ambas celebran un ritual para cerrar el 2018.

 

jael*Jael de la Luz. Mexicana, historiadora feminista, editora, activista y educadora popular en Latin American Women’s Aid, LAWA, Londres. Es madre, esposa, amiga de gente luchona y escribe por gusto, curiosidad y desahogo. Ama los libros y no concibe sus días ellos. Recuerda a sus amigos que se están del otro lado del charco con la esperanza de un día volver. Le interesan los temas de espiritualidad, decolonización, feminismo interseccional, gentrificación, América Latina y cultura chicana. Twitter: @jaeldelaluz, en Instagram como jaeldelaluz, en Youtube: Jael de la Luz, y Facebook: Jael de la Luz.