Por: Ana Gabriela Montiel García*
La competencia entre mujeres es el primer triunfo del patriarcado y gustoso nos margina en un mundo de ideas contra nosotras mismas. Vencer los cimientos de este sistema que nos oprime desde las entrañas, es un camino doloroso, difícil y muchas veces solitario, hasta que nos encontramos con la sororidad.
Ser aliadas es entender que existe una violencia sistemática contra nosotras y que no importa si somos amigas o no, nos tocará eventualmente, de una forma o de otra; mientras tanto nos encontramos en el proceso de abrir los ojos y mirar todo desde una nueva perspectiva; la del amor propio, la solidaridad entre mujeres, la del pensamiento crítico que ha de cuestionar nuestros privilegios de clase, nuestra misoginia interiorizada, nuestros sueños de amor romántico , la heteronorma , y la propia complicidad con el patriarcado. El camino es largo, pero cuando por fin hemos despertado, no hay vuelta atrás.
En nuestro andar hemos sido vulneradas también por mujeres guardianas del patriarcado , hemos sido heridas y hemos herido sin saber que esa competencia encarnizada era solo una lucha sedienta de aprobación, un odio hacia nuestros cuerpos , nuestros deseos, sueños, pensamientos, acciones, y a toda manifestación de independencia. Tomar el camino de la sororidad es dejar de ser cómplice de la violencia machista, poner límites a las personas que lo siguen siendo, sanar nuestros lazos , revitalizar nuestros afectos y establecer vínculos y prácticas saludables entre nosotras mismas, crear redes de apoyo y llevar una autocrítica sensible y constante bajo el brazo.
Tener paciencia es fundamental , el camino es difícil y a veces desolador, pero la alianza entre mujeres nos da el poder, la fuerza y el amor que necesitamos para arrancar uno a uno los derechos que nos corresponden, para lograr la equidad que merecemos, el reconocimiento de nuestros saberes, quehaceres y sentires, el respeto a nuestro libre tránsito , a nuestros cuerpos y a nuestras decisiones.
No necesitamos ser amigas para ser aliadas y tampoco necesitamos ser aliadas para ser amigas, al final nos hemos de encontrar en el deshuesadero de nuestras esperanzas.
¡A liberar!
Les envío un abrazo sororo 💜💚
https://www.youtube.com/watch?v=A2wCGYqNKqY
Poema: No te odio
Texto/Voz: Bestia Pájaro
Música: Buckethead
*Ana Gabriela Montiel García es psicóloga de profesión, Community Manager y creativa en procesos de producción teatral, musical y audiovisual. Estudió Psicología en la Facultad de Estudios Superiores Iztacala (FESI- UNAM). Ha participado como ponente en diferentes proyectos y talleres de Desarrollo Humano impartidos en la DGIRE (UNAM), FES Acatlán, Instituto de la Mujer de Atizapán de Zaragoza, y el Instituto de la Juventud de Atizapán de Zaragoza.Ha participado en proyectos artísticos como actriz y dramaturga en montajes teatrales (UNAM) y TarotPlane con presentaciones en foros nacionales como el Museo Nacional de San Carlos, Museo de la Caricatura, Centro Cultural El Rule, Casa Estudio Diego Rivera y Frida Kahlo, Muestra Estatal de Teatro; e internacionales como el Festival Internacional de Teatro Universitario (Costa Rica).
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Me gusta la forma armoniosa en que fue escrito esta bella realidad que nos recuerda a pactar entre nosotras
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Para luchar contra el patriarcado a veces hace falta usar sus mismas armas, por ejemplo la religión. Podemos practicar una atea/agnóstica que, partiendo de un gran amor a la naturaleza y basándose en la igualdad y la no discriminación, pueda hacerrnos sentir un poco menos mal cuando mueren las personas que queremos y frente a nuestra propia muerte.En infinito5.home.blog desarrollo ampliamente esta idea.
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Para luchar contra el patriarcado a veces hace falta usar sus mismas armas, por ejemplo la religión. Podemos practicar una atea/agnóstica que, partiendo de un gran amor a la naturaleza y basándose en la igualdad y la no discriminación, pueda hacerrnos sentir un poco menos mal cuando mueren las personas que queremos y frente a nuestra propia muerte.
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En infinito5.home.blog desarrollo ampliamente esta idea.
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