Por AnaMaría Manzanares Méndez*

Como cada año en el mes de mayo observamos una avalancha de mensajes de felicitación a propósito de la celebración del mes de la madre; más allá del origen de esta fecha y de su carácter mayoritariamente consumista, es necesaria la reflexión acerca de la manera cómo se ha construido tradicionalmente la maternidad y cómo esto se ve reflejado en los mensajes de felicitación que circulan y por ende, en la valoración que expresan de su ejercicio y que ponen como medida de calificación el sacrificio.

En primer lugar es necesario resignificar  la maternidad (parir, criar y cuidar) como un acto político con un gran potencial para generar otros mundos posibles  a través de la configuración de relaciones más solidarias, equitativas y menos jerárquicas, y que no puede continuar siendo relegada al ámbito de lo doméstico; pese a que se asume la crianza como un acto casi que exclusivamente asignado a las mujeres, los eventos que se desprenden de él parecieran ser de dominio público; desde la gestación la experiencia de la maternidad está mediada por múltiples cuestionamientos (lo que puede o no hacer una mujer en embarazo, qué se debería poner o no, qué debería comer) que se extienden a cada una sus etapas: parto, lactancia, destete, vacunación y así sucesivamente; lo anterior sin mencionar el peso de la institución médica que la regula de acuerdo a sus intereses.

Todo lo anterior tiene como consecuencia que solamente sean aceptadas determinadas formas de ejercer la maternidad – maternidades hegemónicas –  y que se señalen como inadecuadas las que no se ciñen a los parámetros establecidos para ésta experiencia en la que se sustenta la vida.

De otro lado, se ha construido el ejercicio materno como un sacrificio que conlleva esfuerzo, dolor, abnegación y en ocasiones hasta tristeza y que si se entiende desde otro tipo de sentimientos asociados a la alegría, no es efectivo.

Es bueno cuestionarnos sobre la manera en que todos esos prejuicios que se evidencian con mayor vehemencia en este mes, sustentan un orden de mundo donde la crianza es destino obligatorio para las mujeres y un acto de voluntariado para los hombres; vivimos en una sociedad que ha sobrevalorado la crianza a tal punto que cuando se experimentan otros espacios como el del trabajo, la sexualidad y hasta el ocio, se produce un señalamiento negativo; basta ver el matoneo sistemático  al que se exponen las mujeres jóvenes que son madres solteras o separadas y que publican fotos en redes sociales en espacios de ocio.

Para que este mundo sea realmente un lugar más fraterno y solidario, necesitamos construir las condiciones necesarias para que la maternidad sea una experiencia voluntaria, libre y alegre, como un ejercicio que nace del corazón y que ojalá pueda ser vivido desde las propias aspiraciones sin la carga de expectativa social de quienes en ocasiones ni siquiera tienen hijos.


*Ana María Manzanares es Trabajadora Social y comunicadora colombiana. Feminista, creyente en Jesús y convencida de que la construcción de un mundo equitativo, horizontal y fraterno es posible. Mamá de Francisco Javier.

Puedes seguir a Ana en su Twitter @ammanzanares1

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5 respuestas a “Construyendo maternidades libres, voluntarias y autónomas.”

  1. Es verdad eso, del linchamiento moral cuando te ven en espacios de ocio, o cuando haces tu vida, piensan que por ser mamá no puedes irte con tus amigxs a una fiesta un viernes por la noche. O el extremo es no invitarte porque eres madre y suponen que no irás. Me parece que hay que reivindicar que las madres somos mujeres autónomas también como un día nuestrxs hijxs lo serán!

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  2. […] Feminopraxis varios temas relacionados a los retos sociales que las mujeres que escriben enfrentan, la maternidad, el trabajo y los cuidados, así como la participación de los hombres dentro del feminismo. Hemos […]

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  3. […] de decidir cuándo ser madres o si queremos detener el proceso de gestación, es decir, decidir sobre y por nuestra sexualidad, o cualquier otro tipo de abuso por el hecho de ser […]

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  4. […] Sabemos que los derechos parten de necesidades políticas, sociales e históricas y también sabemos que, como mujeres, a lo largo del tiempo hemos tenido que exigir y pelear por el ejercicio pleno de nuestros derechos; pues así como este sistema nos ha etiquetado como objetos de consumo, también nos ha dado la etiqueta de objetos desechables. El 23 de septiembre, en nuestro país, se conmemora el Día Nacional de los Derechos Políticos de la Mujer; y por ende exigimos que nuestro derecho político se extienda hasta nuestros cuerpos y vidas. En México y en el mundo, millones de mujeres buscan acceder a un aborto seguro cuando se trata de una maternidad NO deseada, por la razón que sea. En agosto, Chile dio un avance en derechos humanos al permitir que las ciudadanas puedan decidir si interrumpir o no su embarazo bajo tres causales; esperamos que con el Día por la Despenalización del Aborto en América Latina y el Caribe, que se conmemora el 28 de septiembre, podamos reflexionar sobre la importancia de tener los recursos para ejercer una maternidad saludable y, por supuesto, para interrumpir un embarazo si nuestro deseo no es ser madres. […]

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  5. […] Estimadxs lectorxs; agosto ha llegado y con ello creemos importante recordar y reflexionar en torno a fechas que consideramos relevantes. Así, del 1ro al 7 de agosto es la Semana Mundial de la Lactancia Materna. Consideramos de importancia estos días pues la lactancia se ha puesto en la mesa de debate. Entendemos que en este mundo capitalista y patriarcal donde los cuerpos de las mujeres son cosificados y sexualizados para el uso del placer masculino-heterosexual, los senos son parte de ello. No es posible para este sistema ver senos que alimenten otra cosa que no sea dicho placer, incluso cuando esto signifique evitar el 16% de las muertes neonatales, según datos de UNICEF. Por eso, las madres han señalado la injusticia e incomodidad que es lactar en público gracias a perspectivas ignorantes y lujuriosas que les imposibilitan alimentar a sus hijxs de la manera adecuada, es decir, libre de prejuicios, natural. Solidarizamos con aquellas madres que luchan por espacios en los que ellas puedan amamantar libremente. […]

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