Dejar de morirse de rabia

Por Montse Aparicio*
gracias Coral Herrera y al laboratorio del amor

La rabia es una emoción muy intensa. A las mujeres se nos tiende a censurar la rabia y el odio. A la vez que vivimos en una sociedad y en un sistema que constantemente nos genera frustraciones solo por el hecho de ser mujer. Además nos enseñan a retenerla y eso no nos sale gratis; normalmente se convierte en ansiedad. En un estado de nerviosismo-obsesión casi semipermanente. Sirve bailar, correr, ir al gimnasio, desmadrarse… para depurar esa energía y esa mala ostia que se genera dentro de nosotras. Esa bola de tensión en el estómago que no desaparece, que hace que no comas o comas sin parar y que genera una apatía brutal.

La rabia la genera la frustración. Frustración convertida en amargura y tristeza. Por la impotencia de no poder cambiar las cosas. Combinado con un ego no educado donde nos creemos les protagonistes del drama y de querer tener el control para que las cosas salgan como nosotres queremos que salgan (aun sabiendo que sería lo peor que podría ocurrirnos).

Muchas veces esta emoción nace de decepciones y/o desengaños en las relaciones humanas (sexo-afectivas, laborales, familiares…), donde se acaban generando luchas de poder que son agotadoras y acaban consumiéndonos. Éstas son cansadas porque luchas tú contra algo en lo que tú crees, que a veces no es ni real y si es real, no vale la pena perder las energías.

He solido encarar casi todos los conflictos en las relaciones desde una postura victimista y siempre conciliadora y eso me generaba más malestar, más ansiedad y mucha más rabia que no sabia que existía hasta que acababa explotando en el momento menos oportuno. Os habréis dado cuenta que actuaba como una mujer, puesto que así he sido construida.

Alejarse de las relaciones tóxicas. Poner límites. Darnos la importancia que nos merecemos. Poniendo nuestra vida como eje; centrarnos en ella. Darse cuenta que la vida que tenemos que vivir es la nuestra, no la de nuestras parejas ni la de nuestres amigues. Dejar de apegarse a vidas que parecen las adecuadas, a sueños ajenos a los nuestros (por muy parecidos que fueran), para centrarnos en nosotres mismes y encontrar nuestro camino (y eso que creo que nunca sabré qué hacer con mi vida).

Contacto cero y distanciarse son la mezcla para estar mucho más tranquila. Alejarnos de las relaciones tóxicas es sumamente necesario, igual hacer contacto cero con familiares y amistades que no nos están sumando. En las relaciones amorosas o sexo-afectivas es mucho más complicado; personalmente tengo el rol de cuidadora tan acentuado que me ha cegado (como buena mujer). Eso ha hecho que haya vivido las rupturas como derrotas donde la autoestima baja en picado y te derrumbas en un machaque continuo totalmente innecesario, donde te comparas y siempre pierdes (como no).

Mostrarnos tal y como somos, expresar lo que sentimos y recuperar nuestros propios intereses para poder empezar a poner fin a este sentimiento tan dañino.

Ser valiente: pensar en la liberación y el autocuidado. Al final creo que cuando has pasado duelos duros y dolorosos y te das cuenta que eso no puede ser así, es cuando haces un click. Un día te despiertas y estás harta de estar así y buscas herramientas… así es como aterrizamos muchas en el lugar mágico que es el laboratorio del amor de Coral Herrera Gómez. Un lugar fantástico donde empiezas a quitarte las piezas que gestionan todo este amor romántico que tanto nos controla, nos amarga y nos impide disfrutar bien del presente (que al fin y al cabo es lo único real que tenemos). Empezamos a soltar y a dejar fluir…

Es, como dice Coral, trabajarlo siempre y mucho. Creo que nunca debemos bajar la guardia porque hay millones de personas tóxicas y situaciones en el mundo que nos van a generar frustración, odio y rabia. Igual pienso que hay una guerra ahí a fuera contra nosotras (las mujeres y sobretodo las feministas) y más nos vale trabajarnos mucho y bien para poder ayudarnos en sororidad. Desconstruirnos en equipo y ayudarnos a entender el porque sentimos lo que sentimos, actuamos como actuamos (en contra nuestra) y muchas veces no somos capaces de salir solas del bucle de la rabia. La rabia es política; lo personal es Político. El amor es político.

Gracias Coral.
Gracias por este lugar tan mágico lleno de sororidad, respeto, lucha y compromiso. Sois Amoras.

A8BE33BF-CE48-4ED1-B994-5DBA7AC6DBC9*Montse Aparicio (Reus- Catalunya, 1988). Escribe y viaja. Le encanta hacer preguntas, quizás por eso estudió periodismo. Firme creyente de que el capitalismo te hace creer que eres lo que trabajas y el patriarcado que eres lo que follas. Polifacética; masajista, cocinera, comunicadora, escritora… y persona.  Enamorada de la radio y los libros. Su premisa es ser el cambio que se quiere ver en el mundo. Feminista. Vegana.

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