La maternidad es un acto feminista

Por Karen Márquez Saucedo*
Tijuana, B.C., 3 de agosto de 2017

Reseña a Viaje al centro del útero. Diario de un embarazo, fanzine escrito y publicado por Inés de la Crass en mayo de 2016, en la Frontera Norte.

Hablar de maternidad desde una posición transfeminista, anarquista y punk, es convocarnos desde la ética, desde el reconocimiento de nuestras diferencias. Si a todo eso le sumamos un ser radical, sensible y brutalmente amoroso, podremos aproximarnos a la aventura de este viaje que aporta no solo al debate de la maternidad, sino del maternaje[1] y de la crianza.

La historia universal nos ha heredado diversas representaciones de la feminidad en arquetipos como Tlazolteolotl, Isis, Coatlicue, Eir, Kali, Venus, por mencionar algunas; y a través de ellas versamos sobre el rol de las mujeres en las diversas sociedades del mundo.

Es decir, las mujeres no somos representadas únicamente como madres y esposas, sino que simbólicamente develamos nuestra relación íntima con la sexualidad, con la vida y la muerte, con el renacimiento, con la sanación y la salud, con la sabiduría; con la maternidad como un acto orgánico que atraviesa nuestra más profunda existencia, y como una decisión consciente y política.

Junto a la dedicatoria de este hermoso fanzine vemos la imagen de la Venus de Willendorf, una figura del paleolítico relacionada al símbolo de fertilidad, la Madre Tierra. Somos ya testigos del imaginario que guía y acompaña el rito de dar vida en Inés:

“Soy una guerrera, soy una diosa, buscaré el momento justo para que mi hija nazca de la mejor manera. Me lo merezco, se lo merece, nos lo merecemos todas”

“No me baja, ¿me hago el examen de sangre?”, se preguntó Inés en algún momento, antes de saber que se convertiría en la madre de Soske Libertad. Esa misma pregunta se hacen muchas mujeres cuando se detiene el ritmo cíclico de la menstruación. Muchas hemos estado ahí (o no), ante la posibilidad de engendrar vida. Muchas en compañía de un compañero-a, muchas en absoluta soledad.

“Vamos con todo”, fue la respuesta de Inés. Este diario es el vértigo de emprender un viaje –nada más y nada menos que un viaje al centro del útero-, la sensación de euforia en el Golden Gate (o el puente rojo) de San Francisco y los pensamientos suicidas que le acompañan; la metáfora de la evolución en una lenteja o un arándano, hasta llegar a la frontera como el devenir cultural y sociopolítico.

La vida se vuelve una arqueología del pensamiento humano. El rito sagrado de sincronicidad en el que una mujer se encuentra con sus ancestras, y con ella misma:

“Quisiera saber desde dónde se comienza a ser madre”

Viaje al centro del útero. Diario de un embarazo, es un regalo que Inés ha tejido no sólo con amor y paciencia, sino con todo el sudor, el llanto y la contracción. Con todo el miedo, la envidia y el baby blues[2] para todas nosotras: mujeres madres (o no), mujeres deconstruyendo nuestro cuerpo político, nuestra feminidad. La escritura de Inés está impregnada de una honestidad visceral y emotiva:

“Cállense todos. Cállense. Déjenme en paz. ¿Que no ven que estoy ocupada creando vida?” (…) “Odié las manos que me hacían el tacto” (…) “odié estar en posición de crucificada temblando”  

Es también un posicionamiento epistémico, que aporta ideas precisas respecto al puerperio[3], al maternaje. Es un manifiesto poético con olor a lavanda, a medicina y a sangre:

“Yo soy mi madre y mi abuela / tu yo intestinal / tu yo intenso / tú y yo intertextual”

 

6b64d1025b72c6a4b50f0452c5a0bb96--pregnancy-art-birth-artInés alumbró y fue alumbrada. Inés encontró el alma de su hija, Soske: “ella es navegante del órgano de ambos”. Inés cuenta su historia y está contando la de todas. Porque abriendo una a una todas las cajitas de Pandora logramos vislumbrar, acomodar las piezas para permitirnos ver qué reflexiones, narrativas y diálogos compartimos en la actualidad en torno a la maternidad, en una época donde las mujeres estamos exigiendo y asumiendo el control de nuestro territorio-cuerpo.

“No me puedo quedar callada. Quiero que las otras se enteren, o se identifiquen o bien, se acuerden y desmitifiquemos juntas este tabú”, nos dice Inés sobre su experiencia personal alrededor del viaje al centro de su útero, de su entraña, de su psique. Pero, ¿por qué la maternidad es considerada un tabú?

Al respecto Deyanira Torres, terapeuta y docente radicada en Tijuana, recientemente ha presentado una interesante reflexión con el fin de desromantizar la maternidad. Con Síndrome de maldres analiza temas como el rol de la madre, el impacto psicológico de la formación y educación materna, el poder (en la maternidad) como el acto de dirigir la vida de los otros. Y nos hace preguntarnos: cuándo es amor, cuándo egoísmo, y por qué.

Por otro lado, Tania Tagle escritora feminista radicada en la Ciudad de México, recientemente publicó un maravilloso y necesario texto sobre su experiencia con la maternidad, titulado: Reverso, donde desmitifica la maternidad que nos vende e impone el sistema heteropatriarcal:

“La piel que se estira y se rompe, el flujo, las infecciones urinarias, el ahogo, la comezón, el insomnio, los granos, la costra de la episiotomía, la sangre, la pus (…) las canciones de cuna que odias, los consejos, de tu madre, de tu suegra, de tus vecinas, de un montón de gente desconocida a la que no le importas pero no puede quedarse callada”[4]

Podemos descubrir en todas ellas un símil narrativo, quizá. Todas ellas son mujeres, madres y escritoras mexicanas contemporáneas. Ante nuestro derecho a la palabra, a la reivindicación de nuestros procesos orgánicos, a la digna rabia, Inés señala: “vivan las ideas porque de ellas vivimos”.

Si logramos llegar al centro del útero, podremos escuchar los latidos en la escritura de Inés, que son los latidos de Soske, que son las ventanas como pseudopoemas de una realidad que grita justicia y dignidad. Por ello resulta profundamente urgente reconocer que lo personal es político, por ello Inés decide ser valiente y abonar al terreno de la maternidad, del parto humanizado y digno, una perspectiva transfeminista.

Y me remito a lo que antes he planteado como la identificación de nuestra simbología femenina para hablar de sanación y salud desde una postura evidentemente política, pues es gracias a la memoria histórica que vamos recuperando prácticas ancestrales humanizadas, para contrarrestar la negligencia de la medicina moderna occidental y patriarcal.

Ya lo dijo una vez una estudiante de la Escuela de Parteras Profesionales de CASA, A.C.: “nos entendemos porque somos mujeres”. Y como mujeres legitimamos la sanación de nuestros cuerpos, honrando la sabiduría ancestral que va desde el conocimiento herbolario, las tradiciones y ritos de limpia pre, durante y posparto; reivindicamos los derechos de la salud reproductiva, como el caso de ALAGODI Alianza para la Atención Gineco-Obstétrica Digna en Baja California, por mencionar algunas acciones desde los diversos feminismos contemporáneos.

“Y cuando menos pienso

El llanto o la sonrisa de mi hija

Me hace regresar de este sueño

Y ya no envidio

Me sano 

Me curo

Soy otra

Soy la otra yo 

El maternaje despierta

Y me pone una alegría en los ojos

Y esta otra yo

No envidia

Crece

Se desenvuelve

Evoluciona

Fluye…”

Con la perspectiva de una placenta cósmica, Inés sale de este laberinto, alegre y liviana. Gracias, Inés. Por no olvidarte de ti. De nosotrAs. Por llamarte en el puente. Por ir en busca del alma de tu hija y regresar a nacer en ella. Y como Inés declara: “Ni una mujer sola en puerperio. Viva la sororidad”.


KAREN_FEM_TJ*Karen Márquez Saucedo (Tijuana, 1986). Poeta, escritora, artista posdisciplinaria, activista feminista autónoma, maga-bruja-gitana de andrajoso chal en la constelación Guarache Cósmico. Actualmente escribe su proyecto de titulación de licenciatura titulado
Genealogía de Resistencias. Hacia una pedagogía feminista, que narra procesos vinculados a la gestión, artes, literaturas, pedagogías y feminismos. Dirige el proyecto Mundágora Feminismo Autónomo, coordinando –entre otras actividades- talleres de escritura autobiográfica, y visibilizando la obra de mujeres creadoras desde una perspectiva feminista.

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NOTAS:

[1] Maternaje implica el devenir mujer respecto a la maternidad (considerada ésta última como el hecho biológico).

[2] Término utilizado para denominar la depresión posparto.

[3] Puerperio es el periodo de recuperación posparto, comúnmente conocido como cuarentena.

 [4] Reverso

https://medium.com/@Tania_Tagle/reverso-ba365b514bf2

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