«Las mujeres están votando contra políticos conservadores»: Bélgica Guaña Quilachamin, la primera concejal ecuatoriana por el Partido Laborista en UK 

Por: Jael de la Luz*

Es una tarde de invierno en el este de Londres. Es el municipio de Newham donde la mayoría de su población es de origen asiático y raza mixta (Mixed Race). En una típica casa inglesa victoriana, Bélgica Guaña nos recibe con un poco de sorpresa. Hace un poco más de un año que es concejal por el Partido Laborista. Aún no lo cree cuando recuerda el día en que se postulo frente a un jurado donde no se sentía representada, pues no había nadie de origen latinoamericano o de habla español. Con una sonrisa muy particular, Bélgica nos invita a pasar e inmediatamente un cuadro del Che Guevara ya nos dice cual es su posición política. 

Originaria de Quito, la capital de Ecuador, Bélgica se declara orgullosa de sus orígenes indígenas y pobres. La última de cuatro hermanos, recuerda que su educación familiar fue muy estricta; su padre obligaba a sus hijos a leer en lugar de salir a jugar. La primera vez que Bélgica fue premiada por su esfuerzo fue con una beca en cuarto año de primaria. En la escuela le pusieron una escolta y una beca mensual. “Me dan dinero porque soy pobre”,  pensaba ella, pues no sabía que era un reconocimiento. Pero esa experiencia le marcó para creer que era capaz e inteligente. Su sueño era ser historiadora o arqueóloga y especializarse en historia de Ecuador o América Latina, pero por la presión social de hacerse de un oficio para ganar rápidamente dinero, por falta de “palancas” y por falta de recursos económicos, estudió contabilidad. Tenía 17 años cuando fue a la Universidad pública en Quito, mientras trabajaba en el ejército como contable.

En la Universidad se daba sus escapadas con amigas para ir a conciertos, o iba a Otavalo a aprender quichua. De ahí Bélgica despertó su gusto por el folclor de su país, el teatro callejero, la música tradicional y la lectura. Su primer libro sobre la realidad latinoamericana fue El Coronel no tiene quien le escriba de Gabriel García Márquez. Y así, poco a poco se interesó por la historia de las revoluciones y los movimientos sociales. 

Como muchos latinos, Bélgica quería vivir el “sueño americano”, pero al pedir consejo a un amigo, éste le dijo que fuera a Inglaterra para “hablar el inglés original”. Así fue que Bélgica llegó en la década de los 90´s como turista. Ella tenía 20 años y era la primera vez que salía de Ecuador. Recuerda que días antes del viaje sintió mucha ansiedad por viajar en avión, pero al llegar a Londres supo que era el lugar al que pertenecía. 

Mujer inmigrante

Como la mayoría de la comunidad latinoamericana en Londres, su primer trabajo fue como cleaner (limpiadora); después asistente en una lavandería y luego como recepcionista en un hotel. Estando ahí, de manera usual los clientes se quejaban que Bélgica no sabía hablar inglés y cuando desistió, su manager le dijo: “tú sigue, no importa cuantas veces la gente se queje. Tarde o temprano aprenderás inglés.” En ese tiempo su visa expiró y tuvo que permanecer irregular.

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En actividad comunitaria como concejal, Bélgica Guaña representa a las comunidades migrantes y de color en Reino Unido.

Escondiéndose de la Home Office, se movía de casa en casa. Ya con un poco de inglés fue a trabajar a Pizza Hut donde conoció al padre de sus dos hijos. Cuando su hija tenía tres años y su hijo dos años, Bélgica tomó la decisión de separarse. “Él era muy mujeriego; le pedí que dejará la casa porque no cambiaba después de tantas promesas, seguía siendo el mismo. Aunque nunca me golpeó, me di cuenta que no tenía caso seguir con esa relación. Viniendo de América Latina, la mayoría de los hombres machistas te pueden hacer pedazos con la boca, diciéndote basura que tú no eres. Me dije: yo no puedo sufrir, no quiero vivir lo mismo que mi mamá de aceptar la violencia y que mis hijos me vean sufrir por amor. ¿Con qué cara podría decirle a mi hija que no aceptara violencia en nombre del amor, o a mi hijo que sea un buen hombre sí yo hacia lo contrario? Por dar un buen ejemplo a mis hijos, deje a su padre”, expresa Bélgica.

Después de esa separación, Bélgica se sintió muy sola: cada semana tenía que ir a la Home Office a firmar su estancia condicional. “En ese tiempo la Home Office hacía un sorteo para ir a firmar”, confiesa Bélgica. Cada vez que iba a firmar, los oficiales le exigían que llevara a su hijos a tomarles la foto, pero esa era la estrategia para poder deportarles, por eso jamás los llevó. Bélgica no podía comer cada semana, tan sólo de pensar en la deportación. Un día al verla embarazada, un oficial de migración le suspendió la firma para darle un permiso de maternidad. Ese fue el primer paso para salir de su situación irregular migratoria. Por sus hijos que habiendo nacido en Reino Unido, ella pudo aplicar para vivir de manera permanente y pedir recursos del Estado para sobrevivir. 

Sin embargo, durante el proceso de presentarse cada semana en la Home Office, sin estatus migratorio, con dos hijos y sin hogar, viviendo de sofá en sofá en casa de sus amigos, Bélgica sentía que su vida no valía nada. En una profunda depresión ya nada la animaba a continuar; en medio de su desesperación pensó en sus hijos, no podía dejarlos solos… ¿cómo salir adelante? La educación fue la respuesta. Al tener su permiso de vivir permanentemente en Reino Unido, Bélgica logró aplicar a un colegio donde le ofrecieron servicio de guardería para que estudiara durante las mañanas. Ahí encontró apoyo de una trabajadora social para ir a la Universidad. Logró ser aceptada en la Universidad Metropolitana de Londres donde siguió estudiando contabilidad, hasta tener una maestría.

Solidaridad internacional

Una de las experiencias que marcó su vocación por hacer política fue el golpe de Estado en Honduras por José Manuel Celaya. Al unirse a una manifestación a las afueras de la Embajada de Honduras en Londres, entró en contacto con activistas de base que hacían eco a las luchas de sus países. Entre esos colectivos conoció al MERU (Movimiento Ecuador en Reino Unido) y así comenzó interesarse por las campañas internacionales de apoyo al gobierno de Rafael Correa. Poco a poco leía sobre teoría política para formarse. Así comenzó a hacer análisis de la realidad global. Por posiciones personales Bélgica salió del MERU pero continuo apoyando desde el exterior campañas como el fallo de un tribunal internacional a favor de la petrolera Chevrón, cuyo derrame en el 2011 provocó daños irreparables en el Lago Agrio, parte de la Amazonia ecuatoriana. 

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Bélgica en compañía de otras activistas latinoamericanas en una demostración de solidaridad.

A partir de esa experiencia su trabajo comunitario se enfoco en Ecuador, pero también comenzó a saber de las necesidades del pueblo latinoamericano en Reino Unido y como estaba siendo afectado por las políticas conservadoras de austeridad. Desde que Margaret Tatcher subió al poder a finales de la década de 1970, los gobiernos conservadores progresivamente han desmantelado lo que en Europa se llama Estado de Bienestar: bajaron los recursos a los municipios para prestar servicios y los municipios tienen prohibido construir vivienda; han impuesto prestamos obligatorios a los jóvenes que desean ingresar a la educación universitaria, han reducido los recursos para atender la violencia doméstica, los apoyos a la vivienda; se han cerrado espacios comunitarios, bibliotecas, piscinas y gimnasios públicos; han cerrado fuentes de trabajo en lugares históricamente relacionados con las revolución industrial, como son fábricas y minas.

Partido Laborista, gobierno de los comunes

En ese contexto político inglés, Bélgica se reconocía a sí misma como una mujer más, afectada por la austeridad. Como ella, la mayoría de mujeres migrantes latinas han experimentado una serie de opresiones por su condición de género, su color de piel, su estatus migratorio, su estatus marital, su origen social y las oportunidades (nulas o parciales) que han encontrado para tener condiciones de vida digna. Motivada por cambiar esa realidad comenzó a militar en el Partido Laborista cinco años atrás. 

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Haciendo visitas con los representantes locales del Partido Laborista en Newham, este de Londres.

Con un pie en las causas internacionales a favor de Ecuador y otro pie en la política inglesa desde su municipio, Bélgica decidió postularse como concejal por el Partido Laborista en el 2018. Y fue elegida por la mayoría de quienes estuvieron en el panel. Sobre los retos que tiene como mujer migrante y de población minoritaria (latinoamericana), Bélgica expresa que:

“Las mujeres se han ido posicionando aunque sigue la lucha por alcanzar más cosas. Mucho de los deseos de hacer política publica depende del apoyo obtenido y de las negociaciones que logren hacer, aunque siempre esta la idea entre colegas que digan: `Hay que darle la oportunidad´ por el simple hecho de ser mujeres, mientras que a los hombres no se les pone en duda, sino que inmediatamente se les da un voto de confianza. 

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El día en que Bélgica quedó como concejal por Canning Town South, Newham. Aquí celebrándomelo con sus compañeros de Partido.

En el caso de la política británica las mujeres afro y asiáticas han logrado mucho pero a veces hay un retroceso. A veces se hacen a la manera para evitar problemas, para evitar prácticas de asimetrías de poder, incluso entre mujeres. A veces los conflictos personales dentro de la política  son mas fuertes que las tareas colectivas. La sororidad todavía es un reto dentro de quienes hacemos políticas públicas.

Siendo sincera, en este país puedes llegar a ser votada de manera popular y llegar a hacer una carrera política en base a tu trabajo, mientras que en América Latina y el Caribe, ser mujer y dedicarte a la política depende mucho de los contactos, de las palancas que tengas, pues la cultura del clientelismo es más fuerte que la vocación de servicio. 

Sí aquí en Reino Unido eres MPs (Miembro del Parlamento elegido por votos populares) y representante popular local, tu trabajo no tiene remuneración económica; eso te hace sentir que tienes un compromiso y acciones. Tú tienes acercamiento a la comunidad. Nosotros estamos obligados a ir a atender a la comunidad, no nos servimos de la comunidad. Aquí la gente hace sus citas y tú te ves obligado a ir y atender esas necesidades. 

Sobre su apuesta feminista, Bélgica dice: 

“El feminismo me ha hecho más sensible a las necesidades de otras personas. Hay tanto que resolver a favor de nuestro propio género y los pocos espacios que hemos ganado en la política a veces son manejadas por otras personas, con agendas propias.

Es ahí donde una tiene que empoderarse, ser persistente y creativa para expresar de manera adecuada las necesidades que tenemos y generar medidas y leyes a nuestro favor. 

Recuerdo mucho a mujeres ecuatorianas, mujeres sencillas e indígenas que me inspiran en mi carrera como política: Dolores Cacuango y Tránsito Amaguaña (60´s- 70´s). Ambas, en sus territorios organizaron a los indígenas contra los terratenientes. A Cacuango le mataron a su esposo e hijo, y sin embargo ella continuo. Amaguaña era comunista y apoyaba la educación, e incluso fue hasta Rusia a hablar en su lengua materna que era el quechua. De ella recuerdo una frase que me acompaña siempre:  “Tenemos que ser como el maíz: todos unidos, si un grano se va, se va toda la fila.” Yo conocí de estas mujeres porque Rafael Correa hablaba mucho de ellas y de las luchas que hicieron.»

Sobre Rafael Correa y la solidaridad internacional, Bélgica opina:

«Mi primer encuentro con Correa fue en Italia en mayo 2018. Cuando se enteró que yo era concejal, me abrazo fuertemente, me felicito y dijo que se sentía orgulloso de que el hecho de ser mujer, ecuatoriana y migrante era una prueba de lo podemos lograr cuando tenemos un propósito en la vida. Personas que trabajaron con él comenzaron a buscarme para organizar a la comunidad ecuatoriana en Inglaterra para ir en contra de la Consulta Popular en Ecuador (era para evitar el regreso del neoliberalismo a Ecuador). Dentro de la consulta venía una pregunta para no dar paso a la reelección; es decir, que Correa no volviera a postularse como presidente. Gano el SI, ya no más reelecciones.  Aún sigo pensando que la gente en Ecuador fue mal informada, pues con ese SI, quitaron toda posibilidad para que Rafael Correa regresara de su «exilio» en Bélgica.

Esa Consulta fue un trabajo grande para mi y los grupos de base de ecuatorianos a los largo de Europa: empezó aquí en Londres un grupo de trabajo, y luego desde Ecuador se hizo el link con España, Francia, Italia, Bélgica, Alemania, Suecia y Suiza para movilizar el voto en el extranjero en contra de la Consulta Popular. Hubo contradicciones. Después de esos resultados, Correa puede postularse como vicepresidente pero ya no para presidente. 

Aquí está el antecedente de lo que esta pasando en Ecuador hoy día: hubo un numeral de las 7 preguntas. Uno de ellos era dar toda la facultad al presidente para designar a personas que crea aptas para firmar y negociar en beneficio del Ecuador. Lenin Moreno lo que hizo fue nominar a personajes de la derecha. Perdonaron las deudas de los banqueros (4 mil millones), al FMI y luego hicieron los paquetazos; es decir, volvieron al neoliberalismo. La reacción de las personas ahora es tarde porque los prestamos del FMI ya no están dentro de las arcas de Ecuador. La solución es la renuncia de Moreno y llamar a elecciones, pero la esperanza es poca: 20 diplomáticos pro correa están refugiados en la Embajada mexicana en Ecuador y otros están en la cárcel. La esperanza está en los indigenas organizados.»

Sobre Julian Assange y la política exterior de Lenin Moreno, Bélgica expresa:

«Él es un perseguido de la CIA, porque delató todo el espionaje que se hacia a lo largo del mundo y más en Medio Oriente. Lenin Moreno entregó a Assange a los Estados Unidos, porque Lenin era un infiltrado contra Correa; fue un regalo que le dio al gobierno de EU por tantos años de rabia contra Correa.  El haber visto a Assange desde acá, desde su exilio en la Embajada Ecuatoriana en Londres, hizo notorio lo servil del gobierno de Lenin Moreno al permitir que la policía británica se metiera a la Embajada. Hubo una violación a los Derechos Humanos de los refugiados políticos en embajadas. Esto me demostró que a nivel internacional pueden romperse los acuerdos.  ¿Legalidad? Eso ya no existe ni aún con tratados internacionales de por medio.»

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En una de las manifestaciones afuera de la Embajada del Ecuador en Londres.

Y sobre el Brexit, Bélgica tiene la esperanza que la gente salga a votar el día de mañana, 12 de diciembre para elegir a Jeremy Corbin como Primer Ministro, pues todos los servicios públicos no deben ser privatizados ni cerrar las fronteras por capricho de unos cuantos políticos conservadores. En medio de tanta propaganda antiinmigrante, Bélgica cree que hay un despertar desde México hasta Argentina que resisten; Palestina resiste, los pueblos resisten y quieren un mundo sin capitalismo, sin neoliberalismo.

Es el proceso revolucionario de los pueblos que da esperanza, las mujeres están votando contra políticos conservadores. Creo que las mujeres somos el eje principal de los movimientos. No nos doblegamos rápidamente a la pérdida. Nosotras somos la columna de la sociedad. La revolución tiene aroma y rostro de mujer. No nos vamos a dejar vencer fácilmente. 

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Junto a la colombiana Rosa de Jesús Gómez, otra concejal por el Partido Laborista en Londres en una manifestación contra el Brexit.